Pregunta:
Estimado Teólogo: Soy una persona que me manejo en un ambiente donde el riesgo de contraer la enfermedad del Sida es una posibilidad real; no quisiera enfermarme (soy joven); ¿pueden ustedes informarme cuál es la mejor forma de evitar el contagio de esta mortal enfermedad? Desde ya muchas gracias.
Respuesta:
Estimado amigo:
Por honor a la verdad, debo decirle que el único medio seguro y efectivo (y moralmente lícito) para evitar la enfermedad del Sida es la abstención de aquello que puede ser ocasión del contagio; ya se trate del contagio proveniente de relaciones sexuales con personas enfermas, o se trate del contagio en el ambiente de la drogadicción (por compartir jeringas infectadas).
Puede ser útil hacer referencia a un reciente estudio realizado por el Medical Institute for Sexual Health (cf. Aciprensa del 4 de abril de 2000); éste documento presentó pruebas contundentes de que el actual modelo público designado para el embarazo en adolescentes está fallando, y que la abstinencia es el método más efectivo para evitar la transmisión de enfermedades sexuales. Este informe, que se titula ‘Construyendo futuros saludables: herramientas para ayudar a los adolescentes a evitar el inicio de su actividad sexual’, presenta también la primera revisión intensa de los estudios que evalúan el modelo educativo de la abstinencia, rescatando ‘programas que enseñan exclusivamente que la abstinencia afecta positivamente la conducta sexual’.
Según el Presidente y fundador del Instituto Médico, Joe S. Mcllhaney, ‘cada día en Estados Unidos, 8 mil adolescentes contraen infecciones transmitidas sexualmente’; y aseguró que ‘el paradigma sexual dominante de los últimos 20 años ha fallado en ofrecer una adecuada protección. El informe analiza el actual estado sexual de los adolescentes en Estados Unidos, e informa que uno de cada cuatro de los 15 millones de individuos que contraen enfermedades sexuales cada año son menores de 20 años. El estudio muestra también que el 60 por ciento de las mujeres con actividad sexual son infectadas con el virus papilloma (HPV), que causa casi el 90 por ciento del cáncer a la cerviz, y que cada año, cerca de 900 mil adolescentes quedan embarazadas en Estados Unidos. Asimismo, se informa que un buen porcentaje de las madres adolescentes no se llegan a graduar, y que los hijos de madres adolescentes son 2.7 veces más propensos a pasar algún tiempo de prisión.
En otro contexto distinto, como es la masiva difusión del Sida en África, para lo cual algún político ha propuesto una campaña más intensa propagando el preservativo, Mons Elio Sgreccia, del Instituto Sacro Cuore, de Roma, ha recordado una vez más que este medio utilizado como panacea es una solución destinada al fracaso, independientemente de las buenas intenciones que pueden tener quienes lo promocionan. ‘Puede ser un auténtico engaño y un motivo de difusión del contagio, pues el preservativo no preserva: tiene un amplio margen de fracaso. Además, constatamos que, cuando se da la ilusión de que constituye un remedio seguro, se acaba aumentando los comportamientos sometidos a riesgo, droga o sexo’ (cf. Zenit, 29 de febrero de 2000).
Los auténticos preservativos son la ‘fidelidad’ y la ‘educación’. Según monseñor Sgreccia, el único preservativo científicamente comprobado ante el sida es ‘la castidad antes del matrimonio y la fidelidad durante el matrimonio en lo que se refiere a comportamientos sexuales’. Por lo que se refiere al contagio por droga, la fórmula más segura es la abstinencia de la misma, ‘pues ésta debilita también la salud de quien se expone al sida’. esto sirve para África y para todos los continentes.
Igualmente Mons. Jacques Suaudeau, un médico al servicio del PCF, en declaraciones publicadas hace poco por el diario L’Osservatore Romano, advirtió que la distribución indiscriminada de preservativos no es suficiente para detener la difusión de la enfermedad. Mons. Suaudeau ha observado que la Iglesia es criticada por no aprobar la distribución de preservativos, pero nadie señala que los mismos son ineficaces como medios para detener la epidemia. ‘No podemos esperar detener la epidemia del SIDA sólo con preservativos’, explicó Mons. Suaudeau, ‘así como no se puede pretender detener una inundación con sacos de arena cuando los diques principales se han roto’.
Según el funcionario, la única solución real para el SIDA, radica en ‘convencer a la gente a cambiar su conducta sexual, que la causa principal de la difusión de la enfermedad’. También añadió que ‘la alarmante difusión de la enfermedad en el África sub-Sahariana crece con la pobreza, la falta de instalaciones sanitarias, las condiciones de vida en los campos de refugiados y la difusión de la prostitución’.
Mons. Suaudeau concluyó que el mejor método para evitar el SIDA es la abstinencia sexual. La distribución de preservativos entre los jóvenes va en contra de esta posibilidad, y en efecto ‘continúa el círculo sexual vicioso que es el que causa la pandemia’ (cf. Aciprensa, 7 de abril de 2000).
Creo que estos elementos pueden ayudar a responder su inquietud. Sobre la falacia científica y moral del preservativo, puede consultar la respuesta sobre ese mismo tema que se encuentra en nuestra página web: ‘¿Es lícito el uso del PRESERVATIVO para prevenir el SIDA dentro del MATRIMONIO?’
P. Miguel A. Fuentes, IVE