Pregunta:
¿Existe alguna norma o reglamento católico o tipo de instrumento bíblico que obligue a los sacerdotes a realizar las bendiciones con la mano derecha, o es indistinto realizarlas con cualquiera de las dos manos? ¿el significado es el mismo? (Guido)
Respuesta:
La mano, que entre los miembros del cuerpo expresa la actividad, el obrar, y que después del rostro es la parte que más manifiesta el alma, fue siempre tenida en el lenguaje religioso como signo de la potencia y de la fuerza. De aquí las expresiones bíblicas manus Dei o dextera Domini. Es decir, la «diestra del Señor» es símbolo del poder divino.
En la Biblia tenemos algunos elementos que pueden orientarnos. Así, en el Antiguo Testamento, por ejemplo, la bendición de Jacob a su hijo José y a los hijos de éste, nos manifiesta que la bendición podía hacerse tanto con la derecha como con la izquierda, pero era más importante la que se realizaba con la derecha: José los tomó a los dos, a Efraím con la derecha, a la izquierda de Israel, y a Manasés con la izquierda, a la derecha de Israel, y los acercó a éste. Israel extendió su diestra y la puso sobre la cabeza de Efraím, aunque era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés: es decir que cruzó las manos, puesto que Manasés era el primogénito; y bendijo a José diciendo: «El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac(…)». Al ver José que su padre tenía la diestra puesta sobre la cabeza de Efraím, le pareció mal, y asió la mano de su padre para retirarla de sobre la cabeza de Efraím a la de Manasés. Y dijo José a su padre: «Así no, padre mío, que éste es el primogénito; pon tu diestra sobre su cabeza. Pero rehusó su padre, y dijo: «Lo sé, hijo mío, lo sé; también él será grande. Sin embargo, su hermano será más grande que él, y su descendencia se hará una muchedumbre de gentes (Gn 48, 13-19). Mons. Straubinger, comenta este pasaje en la Biblia traducida por él: “se consideraba la mano derecha como la que transmitía más las bendiciones del padre”.
Si bien se obra con ambas manos, se da la primacía a la mano derecha, por eso dijo Jesús: cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha (Mt, 6, 3). En el Nuevo Testamento, tenemos un ejemplo, entre muchos, de bendición mediante la imposición de las manos, que se usa aún hoy para la bendición de los fieles al finalizar la Santa Misa. Nuestro Señor, bendijo a los discípulos cuando iba a ascender a los cielos: Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo (Lc 24, 50). El libro del Apocalipsis tiene algunas referencias al uso de la mano derecha extendida. Por ejemplo, cuando el Hijo de Hombre (Cristo) posa su mano derecha sobre a Juan: Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. El puso su mano derecha sobre mí diciendo: «No temas, soy yo, el Primero y el Ultimo… (Ap 1, 17).
Para impartir las bendiciones, santiguarse o persignarse, no existe en el Misal Romano (2002), una indicación precisa, pero se supone por la tradición litúrgica y bíblica (incluso por los testimonios del arte sacro), que las bendiciones se hacen con la mano derecha, o con ambas manos (imposición de manos, o manos extendidas hacia adelante).
El Missale Romanum (1962) lo manda expresamente en el Ordo Missae para el caso de la signación del Evangelio antes de su proclamación: «pollice dexterae manum signat librum…» (indicación que omite el MR 2002, pero que se incluye en el actual Caeremoniale Episcoporum, n. 141). Asimismo, en el respectivo Ritus Servandus in celebratione Missae(1962), se prescribe que las bendiciones se realizan con la mano derecha, teniendo la mano izquierda en el pecho o apoyada sobre el altar, según el caso:«…producens manu dextera a fronte ad pectus signum crucis…» (RS, 4) y, más adelante, la rúbrica establece: «Seipsum benedicens, vertit se palmam manus dexterae (…) Si vero alios, vel rem aliquas benedicit (…) ac benedicendo totam manum dexteram extendit» (RS, 5). Por otra parte, en el antebrazo izquierdo se viste el manipulum, que cae hacia abajo, lo cual entorpecería una bendición a las ofrendas, por ejemplo, con dicha mano. Esta norma sobre la posición de la mano derecha y la izquierda durante la bendición, ha sido recogida por elCaeremoniale Episcoporum (n. 108).
El actual Bendicional del Ritual Romano, menciona el signo de la cruz (y también la imposición de manos) como expresivo de las bendiciones, pero no da más detalles sobre con qué mano deben realizarse (Cf. De Benedictionibus, Praenotanda, 26, b).
El Ordo Paenitentiae, prescribe al sacerdote al impartir la absolución de los pecados, imponer ambas manos o bien la mano derecha sobre el penitente.
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos emitió un Decreto sobre la señal de la cruz en las bendiciones (publicado en Acta Apostolicae Sedis 94 (2002) 684), en el que se dice: «Habiendo estado siempre en vigor la costumbre, nacida del uso habitual, de que en los ritos de la bendición se empleara la señal de la cruz, trazándola el celebrante con la mano derecha sobre las personas o las cosas por las que se impetra la misericordia…».
En principio, debería, pues, darse la bendición con la mano derecha, a no ser que medie algún impedimento. En ese caso nada obsta que se realice con la mano izquierda. De todos modos, el significado preciso de la señal de la cruz no tiene que ver con la mano con que se realice, sino más bien con la oración o rito al que acompaña. La mayoría de las veces será para bendecir, o para invocar a la Santísima Trinidad, pero también puede realizarse en una fórmula imprecativa de exorcismo.
P. Jon M. de Arza, IVE