carismáticos

Aclaraciones de un miembro del Movimiento Carismático

Pregunta:

Estimado Padre, Creo que los cristianos que nos congregamos en la Renovación carismática católica merecemos que haga una explicación a su correo donde una chica le relataba una experiencia ‘carismática’, la cual usted minimizó y la explicación que le dio era que podía haberse tratado de una sugestión. Tengo 15 años de pertenecer a la renovación y realmente he visto verdaderos milagros en ese movimiento y lo mejor de todo es que de un tiempo para acá, estas cosas que usted llama sugestión se producen en otros movimientos de iglesia y pastorales parroquiales que nada tienen que ver con la renovación, lo que demuestran que es Dios mismo el que obra como quiere y donde quiere en favor de su pueblo. Tampoco me agrada mucho la forma de su redacción, ya que deja un sabor desagradable sobre el movimiento al que pertenezco, parecería que usted piensa que es anatema, cuando los Santos Padres la han bendecido, incluyendo por supuesto el Santo Padre, el Papa Juan Pablo II. No quiero ofenderlo con mi correo, de todo corazón se lo digo, pero es bueno que este mensaje lo ponga en la web para todos aquellos susceptibles como yo que nos hayamos podido sentir incómodos, sabiendo que nuestra Iglesia es Madre y Maestra y que como tal nos ama a todos por igual, como Madre también es tolerante y comprensiva con todos sus hijos, aunque muchos de ellos no lo sean entre si. Por favor me gustaría que nos diera una enseñanza sobre los carismas y la renovación carismática para ver si, incluso yo estoy errado en mis pensamientos al plantarme ante un teólogo como Usted. Mil disculpas. Atentamente, C. E. R. El Salvador, Centroamérica.

Respuesta:

Estimado Carlos:

No es, ni ha sido, mi ánimo el ofender a ningún miembro del movimiento carismático. Mi respuesta debe ser entendida estrictamente en relación a la consulta que se me hizo. No me han preguntado por el movimiento carismático sino que me han consultado un caso muy singular y considero que ese caso ha sido un abuso del verdadero carismatismo, que deja mal a los buenos carismáticos.

En cuanto a los milagros dentro de reuniones carismáticas, le recuerdo que no son los simples fieles ni los limitados sacerdotes como yo quienes pueden determinar la existencia de un auténtico milagro sino que esto es algo que pertenece exclusivamente a la autoridad eclesiástica competente (el obispo en la diócesis y en la Santa Sede: la Congregación para la Fe y la Congregación para la Causa de los santos); por tanto, si a usted le parece que ha presenciado un milagro auténtico e infalsificable, debería elevar a ellos los datos del hecho, pues de ser confirmado como verdadero milagro sería un excelente argumento apologético. Pero la Iglesia nunca dice que hay milagro mientras pueda explicar algo de modo natural; debemos guardar esta prudencia para no caer en ridículo ni atribuir falsos fenómenos al Espíritu Santo.

Si he distinguido en el caso planteado el abuso es para que los buenos carismáticos no sean confundidos con los exaltados e iluminados que, a mi humilde parecer, dejan mal al movimiento.

P. Miguel A. Fuentes, IVE

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