Pregunta:
Yo soy católico de toda la vida, por tradición familiar, aunque francamente en pocas oportunidades me he planteado ‘problemas’ teológicos. Pero ahora, enfrascado en un debate cuasi teológico con un amigo partidario de la ‘reencarnación’, me encuentro con pocos elementos para saber si lo que yo pienso al respecto se puede considerar aceptable dentro de la teología católica o no. Esa es mi duda, y paso a contarle cual es mi pensamiento. Por supuesto rechazo la ‘reencarnación’. Considero que el ‘alma’ de los hombres es la presencia de Dios en nosotros. Dios es esencialmente Amor, y nuestra ‘facultad’ de amar, nuestra capacidad de conectarnos con otros humanos en el amor, es también lo que nos conecta íntimamente con Dios. Entiendo que vivimos en el Espíritu Santo, y al morir nuestro cuerpo, nuestra alma, parte esencial del Espíritu Santo, sigue viviendo en él. No se si estoy pensando en forma cristiana católica, por favor me gustaría que me orienten al respecto. Desde ya muchas gracias.
Respuesta:
Estimado:
Algunas de sus afirmaciones deben entenderse de modo preciso para que no induzcan al error. Concretamente sobre la naturaleza del alma la teología católica enseña:
1º El alma de cada hombre es espiritual, simple e inmortal (cf. entre otros lugares del Magisterio: León X, DH, 1440) (DH = Denzinger-Hunermann, El Magisterio de la Iglesia).
2º Es creada inmediatamente por Dios de la nada y no transmitida por sus padres (cf. Anastasio II, DH, 360).
3º ‘El alma no es parte de Dios sino que fue creada de la nada’ (DH, 685; es la Confesión de fe del Papa León IX, del año 1053).
4º Dios está presente en toda alma como su causa y conservador (llamada ‘presencia de inmensidad’).
5º La Santísima Trinidad está presente de modo especialísimo en el alma del justo por la gracia; no en quien está en pecado mortal.
6º La muerte es la separación del alma y del cuerpo. El alma es inmortal.
Vea también: Catecismo de la Iglesia Católica, nnº 363; 365-366.
Puede ver también nuestro artículo sobre la ‘reencarnación‘.
P. Miguel A. Fuentes, IVE