Pregunta:
¿Cuáles son las religiones de la India?
Respuesta:
La India es una tierra sagrada; ‘allí está el origen de las más antiguas culturas y ha sido la fuente de grandes religiones. Es la casa de un pueblo que ha visto a Dios con su incansable deseo de verle a través de profundas meditaciones y silencios. Pocas veces el deseo de Dios ha sido expresado con palabras tan llenas del espíritu del Adviento como en vuestros libros sagrados, escritos muchos años antes de Jesucristo: de lo irreal condúceme a la luz; de la muerte condúceme a la inmortalidad’. Éstas son las palabras pronunciadas por Paulo VI en Bombay el 3 dic. 1964 cuando visitó la lndia, y constituyen la mejor introducción al estudio de las formas religiosas de este país. En efecto, es difícil encontrar en la historia de las civilizaciones humanas una cultura tan totalmente religiosa y tan llena del sentido de lo divino como la de la I, si exceptuamos a Egipto que fue también una tierra sagrada por excelencia. Ya desde la prehistoria, la cultura prevédica de la cuenca del Indo, de Mohenjo-Daro (v.) y Harappa (2500-1500 a. C.), muestra una profunda preocupación religiosa: los numerosos sellos encontrados representan animales y árboles sagrados, la esvástika; un dios sentado en postura de yoga con tres caras y rodeado de animales, como el futuro Shiva, maestro de yoguis y animales; se han encontrado figuras de diosas que recuerdan el culto a la diosa madre del Asia Occidental (v. DIOS H, 2). Esta religión prearia y autóctona no desapareció completamente con la invasión de los arios (v.) por el nordeste de la I, sino que, quedando en las capas inferiores de la población indígena con su culto, sus sacerdotes, sus ritos de aldea, fue asimilada poco a poco por el hinduismo de los brahmanes y cambió profundamente el antiguo vedismo de los Vedas. No es necesario extenderse aquí sobre las formas religiosas específicas de los Vedas (v.) o vedismo, del brahmanismo (v.) y del hinduismo (v.), que forman el tríptico de creencias religiosas de la I. Habría que añadir el budismo (v.), el jainismo (v.) y las sectas modernas, p. ej., los Sikhs (v.), que existen en gran número en la I; aunque estos movimientos tienen muchos rasgos comunes que suelen llamarse en conjunto hinduismo. Todo ello se trata en los arts. correspondientes. Haremos aquí un estudio general del pensamiento religioso en la India. Este pensamiento no es en realidad una religión en el sentido estricto de la palabra, sino más bien la esencia de la cultura hindú desde hace 3.000 años. La palabra religión, en su sentido occidental, no tiene una exacta traducción literal en la L; la voz sánscrita más afín es Sanátana dharma, ‘la Ley eterna’, lo que significa que el hinduismo encierra ya todos los aspectos de la vida, religiosos y sociológicos, estéticos y políticos; es un conjunto muy complejo hecho de elementos muy heterogéneos. Una de sus características fundamentales es un extraordinario espíritu de síntesis y de asimilación; absorbe todas las formas religiosas, de las más primitivas a las más evolucionadas, y deja a cada uno lo esencial de sus creencias, asimilando únicamente los dioses y las diosas, los ritos y las creencias a ciertos arquetipos generales del hinduismo. Este gran poder de síntesis explica por qué se encuentran en el hinduismo tantas formas humanas religiosas, desde el fetichismo, el culto salvaje de las tribus indígenas del norte y del centro de la I., desde las pequeñas diosas de las aldeas hasta las grandes y hermosas ceremonias de los inmensos templos brahmánicos, tan complicadas y refinadas como las de las otras grandes religiones de la tierra. Basta asimilar las diosas salvajes de las aldeas a una forma de la gran shakti, de la Diosa-Madre, del poder divino de Shiva o de Visnú, para que todo quede en orden de acuerdo con la ortodoxia tradicional. El hinduismo adopta e incluye todas las formas de culto y no se preocupa en realizar una selección eliminatoria más o menos exclusiva; hay así una multitud de cultos locales, de ritos, de costumbres religiosas a veces más bien mágicas aceptadas por el hinduismo. El brahmán culto tiene el concepto tradicional del Ser eterno, del Brahma neutro, uno, penetrando todo el universo, que no es más que su manifestación, y a veces entendido como un panteísmo (v.) no muy definido; El está en las piedras, en los árboles, en los animales, en los humanos, está en toda divinidad a la que se rinda culto. Como puede leerse en la Bhagavad-Gitá (IX,29): ‘Yo estoy igualmente en todas las criaturas; no odio a ninguna ni a ninguna quito mi cariño, pero quienes me miran con amor y devoción, están en Mí y Yo estoy en ellos’. Hay, pues, en el hinduismo como un amplio sustrato de lo que puede llamarse religiosidad natural, que lo mismo puede inclinarse a claros errores como el panteísmo o la transmigración que puede abrirse a cualquier enriquecimiento; en cierto sentido es algo previo a una religión propiamente tal, en cuanto que el hinduismo desconoce el concepto estricto de verdad religiosa, o dogma religioso, viniendo, sin embargo, a admitir muchas, como luego diremos; para el hinduismo, la religión, o mejor, la religiosidad de cada hombre está determinada por su carácter, su evolución, su temperamento, su experiencia religiosa y su raza. La creencia en la transmigración (v. METEMPSíCOSIS) contribuye a esta especie de tolerancia su¡ generis o tendencia sincretista: las numerosas vidas humanas sucesivas de cada alma permiten lentas y diversas aproximaciones a la Verdad; asimismo contribuye la creencia de que cada concepto de lo divino, por muy inferior y primitivo que sea, es un símbolo más o menos perfecto de la búsqueda de la Verdad, y en este caso así es muchas veces. El hinduismo no aparece como una sociedad religiosa organizada, no hay ‘profetas’ ni ‘jerarquía’; sólo el brahmán tiene, por su nacimiento, el derecho y el deber de cumplir los ritos y leer e interpretar los textos sagrados; observa por eso una pureza ritual que lo aparta de los demás (v. t. FAQUIR). Algún caso actual de difusión del hinduismo, p. ej., en el Assam (v.), indica el proceso que se ha seguido en las épocas antiguas; cuando un grupo étnico imita algunas costumbres específicamente hinduistas, tales como no comer carne de buey, no matar vacas, seguir algunas prescripciones rituales y asimilar sus dioses a algunas divinidades hinduistas pidiendo a un brahmán cumplir los ritos, está ya en camino de llegar a ser un subcasta más en la India (v. CASTA); y si a eso se añaden matrimonios mixtos con alguna subcasta hindú ya reconocida, en una o dos generaciones, la integración está hecha. A la inversa, ciertas sectas hindúes pueden seguir ritos extraños, dejar los templos, negar las castas, como lo hacen ahora los Bhágavatas, adoradores de Krishna, a pesar de lo cual se les sigue considerando como hinduistas; los lingáyats que tampoco aceptaron las castas y tenían ritos y libros sagrados secretos, fueron expulsados individualmente de sus grupos, pero pronto formaron una nueva casta. Los budistas y los jainas, que siguieron una doctrina heterodoxa por no reconocer la autoridad suprema de los Vedas, no fueron nunca expulsados de la I. y siguen conviviendo con los hinduistas que les consideran prácticamente como suyos; admiten además la metempsícosis (v.), el karma (v.) y los grandes dioses del hinduismo. En cuanto a los no hindúes, como, p. ej., los occidentales, no pueden entrar en el hinduismo porque no han nacido en la I. y no pertenecen a una casta; por eso quedan, ipso facto, fuera de la comunidad hindú. Pero la tolerancia religiosa es grande ahora para ellos y a menudo pueden entrar en templos y recintos sagrados. Los hindúes musulmanes se han colocado fuera de la comunidad hinduista porque el Islam es mucho más severo y estricto que el hinduismo; a pesar de esta actitud, la convivencia ha sido larga y a menudo pacífica; actualmente, los musulmanes de la I. se consideran como miembros de la nación. Son los acontecimientos exteriores los que determinan casi siempre reacciones religiosas anti-hinduistas por parte de estos musulmanes tan inclinados al fanatismo. El hinduismo está como por encima de las sectas, formas religiosas y creencias particulares, porque penetra mucho más profundamente en la vida del pueblo hindú; filosofía, arte, ciencia, vida de familia, ordén social, costumbres de las castas, todo está impregnado por las creencias fundamentales del hinduismo. La I. tiene su realidad política en la medida en que es una realidad religiosa. ¿Cuáles son estas creencias?, es decir, ¿podemos establecer algunos criterios que permitan distinguir prácticamente al hinduismo? Se pueden utilizar los siguientes: todo hinduista culto cree en un Principio trascendente e inmanente, Brahmán, Ser eterno, inmutable, Realidad suprema, origen y fin de todo, que toma forma en el cosmos como dios creador, conservador y transformador: Brahmá, Visnú y Shiva; un aspecto del Ser tendrá sus propios fieles y devoción, pero nunca perseguirá o anatematizará a un visnuista un hindú shivaísta, y viceversa, porque ambos reconocen la presencia del Ser detrás de su forma devocional; además, a veces un shivaísta seguirá también ritos visnuistas. La posición de supremacía espiritual del brahmán en la sociedad hindú es algo constante del hinduismo; los ritos sagrados y sociológicos de la vida y de la muerte tienen que ser cumplidos por los brahmanes, aunque en la vida corriente se sienta desprecio por ellos. Hay algunas creencias que son verdaderamente las bases y los fundamentos del hinduismo, tales como la idea de la metempsícosis (v.) y la ley del acto, el karma (v.); estos conceptos se encuentran de hecho en todas las formas religiosas de la I., en todas las sectas antiguas y actuales de ese país, así como no comer carne de vaca (v.) y no dañar la vida de los animales, lo que supone el vegetarianismo. De hecho, las religiones de la I. más que una fe son un conjunto de prácticas (V. NIRVANA; YOGA); es más un modo de ser, de vivir, de pensar, para lograr un fin espiritual que es la liberación, la salida de la rueda de la transmigración. La convicción profunda de la lenta y segura evolución del individuo explica el espíritu de síntesis que predomina en la I.; se acepta toda singularidad, cualquier modo de ser por extraño que sea. Existe allí una peculiar tolerancia religiosa y social que da una atmósfera muy particular a la sociedad hindú, pero detrás de la cual existe una cierta unidad de ideas, de conceptos, de fines que forman las características esenciales del espíritu hinduista. V. t.: VEDAS, ESCRITOS DE LOS; BRAHAMANISMO; HINDUISMO; BUDA Y BUDISMO; PARSISMO; JAINISMO; SIKH; BENARÉS; BRAMAPUTRA; GANGES.
Por J. Roger Riviére
Tomado de la gran Enciclopedia Rialp
BIBL.: J. ROGER RIVIÉRE, El pensamiento filosófico de Asia, Madrid 1959; G. T. GARRATT, El legado de la India, Madrid 1945; P. MASSON-OURSEL, P. STERN, H. DE WILLMAN-GRABOWSKA, La India antigua y su civilización, México 1957; S. LEMAITRE, Hinduismo o Santa Dharma, Andorra 1958; L. RENou, El Hinduismo, Buenos Aires 1960; K. W. MORGAN, The Religion of the Hindus, Nueva York 1953; J. GONDA, Les religions de 1’Inde, 3 vol., París 1962-66; S. RADHAKRISHNAN, The Hindu view of Lije, 7 ed. Londres 1948; J. HERBERT, Spiritualité hindoue, París 1945; S. N. DASGUPTA, Hindu Mysticism, 2 ed. Nueva York 1959; C. REGAMEY, Las religiones de la India, en F. KONIG (dir.), Cristo y las religiones de la Tierra, III, Madrid 1961, 67-288 (cfr. 11,617-694).