parejas

¿Qué opina de los que ofrecen hacer “trabajos” para unir parejas?  

Pregunta:

Padre: ¿qué hay de los que ofrecen “trabajos” para unir parejas? Tengo la firme sospecha de que el matrimonio de un familiar mío se constituyó de esa manera, ya que la esposa ha dominado totalmente la voluntad del esposo, y durante el noviazgo pasó lo mismo. Yo como creyente siempre consideré improbable este tipo de casos pero veo ahora en la práctica que pareciera no ser tan así.

Respuesta:

Estimada:

Los que ofrecen “trabajos para unir parejas” son simples embaucadores que aprovechan los dramas sentimentales de gente poco formada o supersticiosa. Sobre la influencia que otra persona puede tener sobre nuestra voluntad tenga en cuenta que el acto propio de nuestra voluntad (el querer algo o a alguien) no puede ser violentado por nadie (es decir, hacerse por violencia o coacción). Sólo Dios puede penetrar el interior de nuestra voluntad para hacernos querer algo que antes no queríamos, pero esto Él, como creador de nuestra voluntad, lo hace con suavidad, causando en nosotros el nuevo acto libre; nos hace querer libremente (es lo que ocurre cuando convierte a un pecador). Fuera de Dios, nadie, ni el mismo demonio, puede tocar interiormente nuestra voluntad.

Por tanto los únicos modos de mover nuestra voluntad son:

(1) Consiguiendo que perdamos la capacidad de razonar y elegir. Así sucede cuando nos dan, contra nuestra voluntad, drogas, bebidas narcóticas, o nos hipnotizan, etc., para que respondamos como simples autómatas a las cosas que otros nos piden. Pero en este caso nuestros actos no son ni siquiera humanos y no tenemos responsabilidad alguna de lo que hacemos (si no nos hemos prestado voluntariamente a ello). Y todo cuanto asumamos como compromiso en este estado es inválido; más todavía si alguien contrajera matrimonio en este estado, sin saber lo que está haciendo.

(2) Segundo, puede conseguirse que alguien consienta a algo tentándolo: mostrándole las bondades de lo que le ofrecen, la belleza y conveniencia de cuanto le están sugiriendo, etc. Esto es lo que hizo la serpiente con Eva al principio del mundo. En este caso el consentimiento dado es plenamente voluntario aunque aceptemos algo que es una mentira (como el caso de Eva y Adán).

Por estas razones no debemos dar crédito a este tipo de sospechas. Y si se demuestra alguna acción del primer modo (o sea, que la persona actuó hipnotizada o drogada) tendríamos un matrimonio inválido.

P. Miguel A. Fuentes, IVE

Luis Eduardo López

Sobre los escritos de Luis Eduardo López Padilla

Pregunta:

Estimado en Cristo, Padre Fuentes:

 Esperando se encuentre muy bien quería preguntarle si los libros “Las Profundidades de Satanás” y “Advertencias Marianas” del escritor Luis Eduardo López Padilla están «prohibidos» a los católicos… Me han llegado varios mensajes que se basan en cosas dichas en estos libros; algunas son muy interesantes, pero no estoy segura de todo. ¿Me puede usted aclarar algo?

Le encomiendo a la Virgen. Milagros V.

Respuesta:

Estimada Milagros:

Respecto del segundo libro al que aludes, “Advertencias marianas”, no puedo decir nada, pues no le he leído, pero el Sr. Luis E. López Padilla promueve las apariciones de la llamada “Misión de la Virgen del Rosario del Pozo”, de Puerto Rico, prohibidas por los Obispos de Puerto Rico (en documento del 14 de noviembre de 2006) y por la Congregación para la Doctrina de la Fe (Decreto del 19 de septiembre del 2002, Prot. N. 73/89; y Decreto del 19 de septiembre del 2002, Prot. N. 73/89).

Del primer libro (Las Profundidades de Satanás. El proyecto milenario del Poder de las Tinieblas Ed. privada del autor, México 2006), en cambio, te haré algunas observaciones, pues en el año 2008 un amigo, muy creído de la autoridad de este autor, me obsequió un ejemplar que, desconociendo al autor, comencé a leer pensando encontrar una doctrina segura, topándome, en cambio, con una mezcla de buenas cosas y teorías disparatadas. A raíz de esto escribí una recensión, publicada ese mismo año en la Rev. Diálogo, que decía lo que transcribo a continuación con algunas modificaciones que he realizado posteriormente al conocer un poco más al Autor.

Luis Eduardo López Padilla es abogado, casado, con estudios de filosofía y teología. Ha escrito varios libros sobre la temática de los últimos tiempos y apariciones marianas. Por ejemplo “Advertencias Marianas” (1987), “El Diablo y el Anticristo” (1988), “Los Últimos Tiempos” (1991), “Apocalipsis, descubriendo el Plan de Dios” (1996), “El  Gran  Aviso de Dios” (2002), “¡Sí, Vengo Pronto!” (2004), “Apuntes sobre El Gobierno Mundial” (2004), etc.

El que nos ocupa es un libro extenso, divido en dos partes (“El poder de las tinieblas” y “Las profundidades de Satanás”).

Trata muchos temas, muchos de ellos de mucha actualidad e interés por parte del público en general, como por ejemplo, el demonio, la brujería y la magia, la masonería, los misterios de las pirámides, los niños índigo, la Ouija, la New Age, etc.

El autor habla con respeto del magisterio de la Iglesia y su doctrina en muchos temas es correcta y hasta provechosa. Pero ya en la Primera Parte del libro, la más aceptable, contiene afirmaciones que suscitan perplejidad o se inscriben directamente en el género del disparate. Así, por ejemplo, bajo el título “La Bóveda del Infierno” relata en págs. 82-84, una presunta perforación llevada a cabo en 1989 en Mourmansk (Siberia), por parte de un equipo de científicos de varios países, a 15 kms de profundidad; perforación que el A. considera que alcanzó “la bóveda del Infierno”, produciendo una visión colectiva del Demonio y la audición y grabación en cinta de los lamentos de los condenados; cita allí el testimonio de algunos científicos no soviéticos de la expedición (a los soviéticos se les habría administrado un sedante para borrar la memoria a corto plazo). El A. no manifiesta ninguna duda sobre la autenticidad del hecho y su interpretación. Y lo hace sin citar ninguna fuente segura y digna de crédito a pesar de que, como es obvio, es lo que toda persona seria buscaría en primer término. Como muestra este botón es más que suficiente.

En la Segunda Parte del libro se mezclan cosas de buen juicio y una fe católica de fondo de la que no dudo, con temas y desarrollos que pasman, entontecen y obligan a sentenciar el libro entre los relatos de corte apocalíptico y, en algunas páginas, cercanos a la ciencia ficción. De hecho en sus páginas son citados, sin ninguna crítica clara, autores tan dudosos como Von Däniken (“Recuerdos del futuro”) y muchos de los escritores que deleitan a los curiosos de pirámides, ovnis, apariciones misteriosas, etc.

Uno de los temas que más desconcierto nos ha producido –por el hecho de que hable de él con total desparpajo y aceptándolo a pies juntillas– es su interpretación del mito de la Atlántida, al que dedica muchas y muy importantes páginas y un rol, en definitiva, clave en la interpretación de la Historia profana y sagrada. El autor defiende no sólo la existencia de una civilización, descendiente de Adán y Eva por cierto, extraordinariamente desarrollada, destruida por Dios a causa de su soberbia, sino que la hace autora de los grandes monumentos de la antigüedad. Esta civilización habría alcanzado un conocimiento altísimo de la magia, corrompiéndose por su contacto con el demonio. De ellos provienen, directa o indirectamente, las grandes construcciones mayas, aztecas, egipcias, etc., y los secretos astrológicos y proféticos que guardan. A estos seres les atribuye un saber gnóstico diabólico, y a partir de ellos interpreta el difícil pasaje bíblico de los Gigantes nacidos de la unión entre “los hijos de Dios” y “las hijas de los hombres” (cf. Gen 6, 1-8), los que ocasionaron precisamente el Diluvio universal (que explicaría la desaparición de esa civilización, sepultada en las profundidades del océano). Los “hijos de Dios” serían, para López Padilla, los hombres descendientes de Adán, mientras que las “hijas de los hombres” serían las mujeres nacidas de seres “creados” por estos sabios pervertidos, por “manipulación genética” y “clonación”; de esta unión entre los descendientes de Adán y estos remedos diabólico-humanos, obra de reingeniería genética inspirada por el demonio, provendrían los Gigantes o Nefilim (su nombre bíblico: cf. Baruc 3, 26-28; Num 13, 32-33), monstruos genéticos ciclópeos de 4-6 metros de altura (cf. pág. 330 y siguientes). El Diluvio habría acabado con todo esto. Todo es disparate destilado de la más pura cepa.

En fin, el valor que da las presuntas profecías aztecas y mayas y otras, lo lleva a profetizar también él, señalando para el 20-21 de diciembre de 2012 el momento en que la humanidad entrará de lleno al “Final de los Tiempos” (cf. págs. 400 y siguientes); un poco más adelante añade “en diciembre de 2012, meses más, meses menos” (pág. 404); no se trata del fin del tiempo, sino del inicio de ese período y de la obra plena del Anticristo. Esta crítica la escribí en 2008; ahora en 2016 –sin fin del mundo, ni comienzos de ninguna era especial– es más que claro que los delirios de todos los que quieren acertar a las fechas apocalípticas no los hace fiables ni para jugar a la lotería.

Como puede presumirse, el libro de López Padilla nos deja desconcertados por la mezcla de temas, algunos bien presentados, otros que parecen tomados de páginas de Internet de dudoso fundamento, de alusiones a autores de recta doctrina (como Santo Tomás, Antonio Royo Marín, Juan Pablo II, Gabriel Amorth, Leonardo Castellani, Rafael Gambra, A. Hillaire), junto a otros que rondan la nebulosa de la fantasía y del camelo, como el ya referido Von Däniken, el “Discovery Channel”, etc. Los mismos títulos de los libros usados por el autor para los temas más controvertidos (pirámides, fenómenos extraordinarios, Atlántida, etc.) ya nos revela que se mueve en terrenos fangosos: “Las profecías Mayas” (Gilbert y Cottorell), “Guardián del Génesis. La búsqueda del legado oculto de la humanidad” (Hancock y Bauval), “La Huella de los Dioses” (Hancock), “Mitos Egipcios” (Hart), “La conexión Atlante” (Martínez Concha), etc.

Un libro extraño, como se ve. Y su Autor, una persona poco seria, por no decir algo más fuerte.

Añado que en 2013 el arzobispado de Valencia le negó el permiso para dar conferencias en ningún centro religioso ni parroquia de la Arquidiócesis (ver link). Actitud razonable, como puede verse por lo de más arriba.

P. Miguel Ángel Fuentes, I.V.E.

macrobiótica

¿Qué es la macrobiótica?

Pregunta:

Padre: Por una enfermedad que vengo arrastrando hace varios años, me han recomendado la macrobiótica, pero me suena a algo New Age, aunque no estoy seguro. ¿Qué me puede decir al respecto?

 Respuesta:

Juan:

 Le respondo con un artículo aparecido a principio de 2016 en el Boletín de Info-RIES (nº 415 – 23 de febrero de 2016). Lo transcribo a continuación.

Como pasa con tantas otras costumbres “alternativas” y con relación a la salud que se ponen de moda, hay que hacer un lúcido discernimiento de si estamos practicando –o se nos está proponiendo– una dieta apropiada para nuestro organismo o si, aprovechando este loable propósito, se nos quiere introducir en una filosofía de vida propia de la New Age. Veamos los puntos principales.

Una dieta basada en Oriente

Si nos fijamos en el nombre, viene del griego “grande” (makrós) y “vida” (biós). Así, la etimología nos muestra el propósito de esta técnica: alargar la vida del hombre, hacerla mayor. Y se basa en algo que ya es muy popular entre nosotros: el Yin y el Yang. Por lo tanto, en la génesis de la macrobiótica está el taoísmo y el confucianismo, que comparten esta simbología.

En su libro El taoísmo, religión de la armonía, José Luis Vázquez Borau explica que “Yin y Yang son dos fundamentos, principios, de mutua complementariedad. Yang representa la luz, el calor, la actividad, la dureza o la sequedad. Mientras, Yin representa la oscuridad, la frialdad, la pasividad, la suavidad o la humedad. La intersección, es decir, la acción recíproca entre las dos partes fundamentales, produce los fenómenos de la naturaleza”.

Aplicando esto a la comida, se dice que hay alimentos Yin y alimentos Yang. Los primeros serían los más ligeros y los que contendrían más potasio; los otros, con más cantidad de sodio, serían los más pesados. La clave está en buscar el equilibrio, la armonía. Y por eso la macrobiótica se fija no tanto en el contenido nutricional de la comida, sino en su “energía” (Yin y Yang).

Se recomiendan, sobre todo, los alimentos frescos, los biológicos, los cereales integrales, verduras y legumbres. Se insiste en consumir los productos propios del medio en el que se vive y los de las estaciones en las que se está. Hay un rechazo taxativo de todo alimento envasado, procesado, modificado… También se propone eliminar el azúcar. Y la leche, cuanto menos, mejor. El café y las especias son lo más parecido al veneno, así que se indica la sustitución del café por sucedáneos como la cebada tostada.

Como es fácil de adivinar, “bajo ningún punto de vista resulta recomendable la carne animal”, según reza un manual de macrobiótica. Se prohíbe comer patatas, pimientos y tomates. Y sorprende otra de las normas: “ingerir la menor cantidad posible de líquidos”, que ya obtendría el organismo por el resto de la dieta. Se insiste en masticar bien y comer pequeñas raciones.

Su principal introductor en Occidente fue el japonés George Ohsawa (1893-1966). Los defensores de la macrobiótica pretenden que las personas pasen de comer sin ningún orden a hacerlo con un sentido muy determinado.

Cuando se va más allá

Como decía un artículo divulgativo sobre este tema que publicó un semanario español, en ocasiones sucede que “más que una dieta, la macrobiótica es una filosofía de vida”. Estamos dando un salto a la cosmovisión, a la espiritualidad, a algo que determina la vida entera de la persona. Es un salto muy sencillo porque, como hemos visto, el influjo oriental es notable, y en Oriente no se pueden separar las cosas tal como lo hacemos aquí.

Esto podemos comprobarlo en los manuales clásicos sobre el tema. En un tratado muy difundido desde los años 70, de Itoshi Tamura, podemos leer este reclamo en su portada: “la sabiduría de Oriente llega a nosotros revitalizada y con profundo significado aleccionador. La Macrobiótica es vehículo de esa corriente de pensamiento. Adoptarla es recrear la vida, asimilar lo sublime, reconstituir la fortaleza física y moral… De la Macrobiótica surge el máximo de potencia y belleza… por ella, el hombre es más hombre, y la mujer es más mujer”.

Leyendo cosas como esta parecería que nos encontramos ante el “bálsamo de Fierabrás”, esa poción mágica que curaría todas las enfermedades y que –procedente de una leyenda de la épica carolingia– popularizó El Quijote. O puede sonar también a la charlatanería que subyace a los crecepelos milagrosos y otros productos del mismo estilo. Más adelante, cuando veamos sus riesgos, irá por ahí.

Algunos han llegado a afirmar que la macrobiótica podría solucionar hasta 120 enfermedades. Dentro del libro descubrimos la afirmación de Tamura de que la macrobiótica significa “salud física, psíquica o espiritual”. Al final, ¿a dónde lleva la comida? A “liberación y felicidad”, que son “promesas valederas, respaldadas por la Macrobiótica”, y esta se constituiría así en “una disciplina engendradora de proceso constitucional integral”.

En la galaxia de la Nueva Era

Visto lo anterior, es fácil deducir que la macrobiótica es uno más de los ingredientes que se integran en la “ensalada espiritual” de la Nueva Era (New Age). Algo que no es una simple constatación doctrinal, sino que lo observan desde otras disciplinas. Por ejemplo, la antropóloga portuguesa Virgínia Henriques Calado ha escrito un interesante estudio sobre esta propuesta dietética en el marco de la “salud holística” que defiende la Nueva Era.

Henriques afirma que la macrobiótica “procura legitimarse a sí misma en un proceso que puede ser visto como de instrumentalización del conocimiento científico”. Utilizando los datos científicos que les interesan, los defensores de esta dieta dicen tener “la verdad” sobre los alimentos. Esto, mezclado con su espíritu “misionero” y con su intención de transformación del mundo, hace que la macrobiótica se convierta en una propuesta global de reconciliación del hombre con la naturaleza a través de la alimentación “correcta”.

La antropóloga constata que “la macrobiótica, en su afinidad con muchos de los términos de la New Age, que remiten a una concepción holística y espiritualizada del universo, presenta una forma de ver el mundo que, por el conjunto de principios, valores y significados que genera, puede ser identificada con una ideología”. En sus conversaciones con muchos de sus defensores, Virgínia Henriques comprobó una narrativa típica en la clave de “despertar la conciencia”, evolución, sintonización con el mundo, centralidad de la energía, etc.

Cabe señalar también la práctica de la dieta macrobiótica por parte de personalidades significativas del mundo del espectáculo. Como siempre, los famosos contribuyen a una difusión a gran escala de cualquier técnica, tenga la validez o la seriedad que tenga.

¿Tiene algún riesgo?

Volviendo al campo científico, aparte de que no hay evidencias científicas de que este sistema sea adecuado para adelgazar ni reporte especiales beneficios, muchos críticos destacan la insuficiencia de algunos elementos necesarios para el organismo en la dieta macrobiótica. Algunos señalan que su escasez de grasas no es necesariamente beneficiosa para el organismo. También se apunta a la gran insistencia en el consumo de cereales integrales, algo que aumenta el riesgo de desequilibrios nutricionales.

Además, se le pueden aplicar las objeciones que se ponen a la alimentación vegetariana: la ausencia excesiva de proteínas animales puede causar carencias importantes de algunos elementos necesarios como vitaminas y minerales. La nutricionista Irene Zamora alertaba recientemente de que “a medida que va avanzando, la dieta se va haciendo más estricta y va eliminando grupos de alimentos, pudiendo llegar incluso a una última etapa en la que únicamente se consumen granos de cereales triturados, incluso restringe drásticamente el consumo de agua, por lo que puede causar graves problemas”. No sólo eso, sino que se refería a ella como una “dieta milagro”.

Otro aspecto polémico es la fama que ha obtenido la macrobiótica en algunos ambientes con respecto al cáncer. Muchos enfermos –a pesar de que no hay estudios desde la oncología que avalen esta práctica– han recurrido a esta opción dietética buscando su curación o, al menos, su mejoría. Algunos médicos han apuntado que en el caso del creador de Apple, el célebre Steve Jobs, su muerte por cáncer habría llegado con más rapidez por dejar los tratamientos convencionales echándose en brazos de la macrobiótica como remedio.

Un testimonio concreto

Para terminar, un caso real. Una madrileña, Milagros Martín, contó hace tiempo su testimonio de vida. Su búsqueda de sentido al abandonar en la juventud la fe católica la llevó a una vida repleta de prácticas propias de la Nueva Era. Como ella misma reconoce, “todo está muy mezclado: lo esotérico, lo energético, lo psicológico, la búsqueda espiritual, lo trascendente, las terapias alternativas”.

Y aquí es cuando afirma: “yo me metí mucho con el tema de la macrobiótica. Me interesaba mucho saber cómo a través de la alimentación yo podía sanar mi cuerpo. Por algún sitio, la Nueva Era siempre se mete, toca todos los aspectos del ser humano y, además, tiene parte de verdad; es muy difícil discernir dónde está la verdad y dónde la mentira”.

En su experiencia personal comprobamos cómo la macrobiótica a veces se usa como algo más que una simple dieta, lo que puede tener consecuencias peligrosas: “me diagnosticaron una enfermedad en los ovarios y, a través de la alimentación y la macrobiótica yo quería resolver este problema, pero al final, tuve que pasar por quirófano”. Milagros también afirma que “la macrobiótica es muy estricta. Puedes crear un patrón en tu mente, que te hace más mal que bien”.

apariciones

¿Qué apariciones son verdaderas? ¿Cómo hacemos para diferenciarlas de las falsas?

Pregunta:

Padre, Ayúdeme con el tema de las apariciones: ¿Qué apariciones son verdaderas? ¿Cómo hacemos para diferenciarlas de las falsas?

 

Respuesta:

Estimado:

Le sugiero leer el siguiente artículo sobre las Falsas y las Verdadera Apariciones, que puede orientarlo

Falsas y Verdaderas Apariciones

Por Pbro. Andrés García Torres

tomado de www.cristiandad.org

Vivimos en una época de gran confusión en muchos de los campos en los que se desarrolla nuestra vida ordinaria y cotidiana. Esta confusión se extiende también a la fe, no por parte de Dios que siempre es fiel, sino por culpa de hombre que todo lo complica por aquel ‘espíritu malo’ que todos llevamos dentro, causa del Pecado Original y que se llama concupiscencia.

En el ámbito espiritual o de la fe hoy asistimos a una verdadera ‘marejada’, por un lado el progresismo que se ha infiltrado o intenta infiltrarse dentro de la Iglesia, las sectas que amenazan como el lobo al cordero la fe de los sencillos, la desobediencia al Magisterio del Papa y de los obispos, las modas que tanto ofenden a Dios (como nos dice Jacinta de Fátima cuando ‘profetiza’ estos tiempos nuestros), y por otro lado un peligro no grave que afecta a muchos sectores de la Iglesia, de buenos católicos: las falsas apariciones que pululan por doquier, muchas veces como algo totalmente extravagante que consigue más el apartar a las almas de Dios y de la Virgen que el llevarlas a Ellos.

No olvidemos que los Santos dicen que el Demonio es ‘la mona de Dios’, pues repite, imita lo que Dios hace para ridiculizarlo y desprestigiarlo. Claros ejemplos tenemos de muchas apariciones supuestas, apariciones que no voy a juzgar aquí pero que están en la mente de todos. Por eso no es extraño escuchar muchas veces en los promotores de estas mentiras y falacias, de estos montajes: ‘Es la continuación de Fátima…’ ‘Esto es como Fátima’. Si analizamos profundamente las verdaderas apariciones que son las aprobadas por la iglesia nos damos cuenta de que es muy distinto todo: los mensajes, las formas, etc.

Quiero afirmar que desde el 1831 cuando la Virgen se aparece a Santa Catalina en París y le entrega la Medalla Milagrosa tenemos como una ‘Era de María’ que parece que culmina con las apariciones de Fátima, donde la Virgen continuando como en entregas su obra, de un lugar a otro, nos da su celestial mensaje para estos tiempos difíciles, como decía el Papa Juan Pablo II en uno de sus viajes Apostólicos a Fátima: ‘La voz de María es como la de Juan en el desierto que nos invita a la conversión, a la penitencia, al cambio de vida, a estar alertos a la Venida del Señor en cada hombre y en cada acontecimiento, en nuestra vida y en la de la humanidad’.

En los mensajes de Fátima, Lourdes, La Salette, la Medalla Milagrosa, Pontmain… La Santísima Virgen habla muy poco, son mensajes muy breves (como las intervenciones de la Virgen en los Evangelios), claros, sencillos. En los mensajes de las ‘nuevas apariciones’ son mensajes larguísimos, aburridos, da la impresión de que no acaban nunca.

En las auténticas apariciones los mensajes son de esperanza, de amor a la Iglesia. En las ‘nuevas apariciones’ son mensajes llenos de temor y de miedo. Ya he conocido en mi labor sacerdotal a más de una persona que vive atemorizada por estos mensajes. Y Dios no es temor, Dios es Amor, Dios es Misericordia y Confianza Infinita sin límites. Dios sólo detesta la soberbia y la autosuficiencia del hombre que no se reconoce pecador y poca cosa ante la Majestad, la Grandeza y la Sublimidad de Dios.

Otro punto importante a la hora de analizar son los videntes o instrumentos. Si analizamos a Santa Catalina Labouré, a Santa Bernardita o a los niños de Fátima vamos a encontrar almas cándidas, sencillas, humildes, personas que huyen de la fama, de la estima, que incluso se esconden cuando alguien va a preguntar por los ‘afortunados’ que han visto a la Virgen. Si analizamos a los ‘videntes’ de hoy, estos recorren todo el mundo, aparecen en todos los medios de comunicación social, dan conferencias, asisten a congresos, etc. ¡Comparen ustedes mis queridos lectores!

Por otro lado podemos examinar los frutos. Como dice el Evangelio: ‘Por sus frutos los conoceréis’. Estas nuevas apariciones no producen más que enredos, líos, problemas de todo tipo, hasta muchas veces enfrentamientos. No quiero aquí poner ejemplos concretos para no ser juez, eso le corresponde a la Iglesia. Pero sí recuerdo que de un numeroso grupo de peregrinos que salían de una población de Madrid cada primer sábado a una conocida y famosa aparición en España, iban en el autocar todo el tiempo enfadados, regañando, compitiendo por los lugares del autocar, incluso pronunciando groserías por sus bocas algunas de estas personas. A este hecho me remito y a otros muchos que podría citar cuando hablo de los ‘frutos de las nuevas apariciones’.

Después de estas observaciones podemos demostrar lo que hemos dicho. El Diablo es la ‘mona de Dios’, que imita a las verdaderas y autenticas apariciones para – ridiculizándolas -, destruirlas y sobre todo desprestigiarlas. Cuántos sacerdotes y cristianos al saber sobre estas ‘nuevas apariciones’ y ver ‘los frutos’ han identificado estas con las verdaderas y aprobadas y por la falta de discernimiento han despreciado a las verdaderas apariciones.

Cuidado con los fenómenos espectaculares

Muchas veces en estos ‘falsos lugares de apariciones’ se realizan fenómenos que no tienen explicación. Esto no es un indicio de que lo que allí sucede es verdadero. El Maligno que es el Padre de la Mentira, el Príncipe de este mundo puede simular signos que aparentemente son de santidad como son el don de lenguas, los estigmas, etc.

En la vida de Santos de la categoría de San Juan de la Cruz (tiene una doctrina muy buena para discernir todas estas sutilezas y engaños del Demonio en las almas); se cuentan por lo menos dos casos que confirman esto que yo estoy diciendo:

1º Cuando San Juan de la Cruz es nombrado por Santa Teresa confesor de la Encarnación, en el convento de las monjas Agustinas de Ávila, existe una monja con ‘fama de santa’ que tiene don de lenguas e interpreta la Sagrada Escritura perfectamente junto con otros dones. Alguien manda a San Juan a verla para que la examine y él descubre que todo es engaño del Demonio sobre esta monja a la que tiene posesionada.

2º En el convento de Beas de Segura (Jaén) fundación de Santa Teresa, San Juan de la Cruz descubre que la relación que una monja dice tener con el Niño Jesús, es cosa del Maligno que la está engañando con falsas visiones, revelaciones, todas llenas de aparente virtud. No se trata, pues – según pensaba la monja – del Niño Jesús. San Juan de la Cruz descubre la estratagema del Maligno y se da cuenta del gran peligro de estas cosas.

Engaño especial del Demonio para las almas piadosas

Además de los intereses que muchas veces se pueden esconder en estas falsas apariciones nos encontramos con que el Demonio para la gente y almas piadosas utiliza este engaño que engendra tanta soberbia espiritual (la soberbia es incluso peor pecado que la impureza, es el pecado de los Ángeles Rebeldes, es el pecado que ocasiona todos los demás, es un pecado muy sutil que se esconde tras una máscara de ‘bien’ y se infiltra por doquier en la vida espiritual). Con la gente piadosa y de buena voluntad no ataca el Maligno directamente, ‘para convencerlos se presenta como ÁNGEL DE LUZ.

El principio general se enuncia así: El demonio estimula fuertemente los actos de religión. Por aquí entra a la gente buena; los entusiasma con sus ‘trampantojos’; incita la bondad, la generosidad, solidaridad con los desheredados o tercermundistas, para oscurecer el objeto de esos actos de religión; los trabaja inconscientemente y va insinuando y deformando: el sacrificio, el esfuerzo personal, el juicio propio, valen más, agradan más a Dios, tienen más mérito que la obediencia.

Acompaña esto con fenómenos extra, de modo que hace creer que allí está Dios; una vez firme en esta fe, los va apartando de la vida de la iglesia so pretexto de mayor santidad que la de los responsables de la misma Iglesia que -dice- han perdido la fe, (de aquí tantos ataques en mensajes a los obispos, sacerdotes, incluso al mismo Papa, cuántas veces hasta insinuando la venida de un Papa anti-cristo. Con esto consigue el desprestigio de la Iglesia y de una institución tan necesaria y fundamental como el Papado. Algunos de estos mensajes de ‘supuestas apariciones’ los podría firmar sin problemas el mayor anti-clerical o masón de nuestros días y de antaño). Incluso les lleva a ideas de fundar una religión o grupo de ‘verdadera Iglesia, la Iglesia de los Santos o Carismática, frente a la Iglesia institución o jerárquica’.

Con todo lo dicho hasta ahora podemos ver que el Maligno es más inteligente que nosotros, podemos afirmar que incluso ha ‘utilizado’ la misma ‘arma de Dios’: su Madre María la Virgen… Para no caer y ser vencidos necesitamos mucho la humildad y la obediencia a la Iglesia, una vida de oración auténtica, y un abandono en la Santísima Virgen María, Nuestro Socorro y Auxilio.

Auténticos videntes o instrumentos en las manos de Dios

Sabemos por la historia de la Iglesia como el Diablo puede provocar estigmas y fenómenos paranormales para conseguir algún fin, por eso el que en un lugar de apariciones se den ‘hechos prodigiosos’, no quiere decir que sea auténtico. Un ejemplo de esto lo proporciona la misma Escritura en Simón el Mago, quien volaba e imitaba los milagros de los apóstoles. Mas al hacer San Pedro la señal de la cruz, pierde el mago todos sus ‘dones’.

Nos extraña que el Maligno pueda hacer esto, pero él lo hace utilizando del misterioso poder que Dios le ha dado, y tiene mucho poder en cuanto que es un Ángel, no más que Dios, claro esta, por eso nosotros lo podemos vencer.

Vamos a discernir sobre las actitudes de los videntes, tema esencial en las apariciones o manifestaciones de Dios, sobre todo en las marianas tan actuales en nuestros días.

Afirmando con esto, que sucesos ‘prodigiosos’ en un lugar de aparición no es criterio de verdad o autenticidad. Sabemos que en Lourdes después de las apariciones a Bernadette, aparecieron grupos de falsos videntes endemoniados que incluso levitaban y que si no hubiera sido por la acción de Dios y la prudencia de la Iglesia hubieran ‘tirado o destruido’ la Obra de la Virgen que tantos grandes frutos ha producido. El Maligno para lograr un gran éxito para su ‘reino de tinieblas’, puede permitir o consentir una pequeña derrota aparente, no olvidemos lo que ya hemos afirmado con la Escritura y la Iglesia: es el ‘padre de la mentira’, es muy astuto y sagaz.

Los dones y carismas son un regalo de Dios a las almas cuando estas son ‘pequeñas’, humildes y sencillas. Son engrandecidas por Dios cuando estas almas corresponden a sus gracias.

No debemos de olvidar que según la doctrina Católica todas las apariciones son revelaciones privadas, con la muerte de San Juan – el último de los Apóstoles – se ha cerrado la Revelación Pública de Dios. (Llama la atención como en muchas de estas apariciones los seguidores nunca o casi nunca meditan o leen la Sagrada Escritura y sin embargo, constantemente están embebidos por los mensajes de estas apariciones. Y que las Iglesias donde está el Santísimo Sacramento Real y Verdaderamente presente se encuentran vacías y los lugares de apariciones están llenos).

Para ser santos uno no necesita tener carismas sobrenaturales, como por ejemplo los estigmas. Muchos santos no han tenido ningún carisma extraordinario. Lo importante es el grado de Caridad y de Unión con Dios, así como de docilidad a los planes y Voluntad de Dios.

El vidente o instrumento tiene que tener unas señales de vocación profética, tiene que percibirse que es un hombre o mujer de Dios, estas señales son principalmente:

– Honestidad natural

– Rectitud moral.

– Normalidad natural.

– Sinceridad transparente

Señales que suelen verse deformadas en uno u otro punto cuando las apariciones son falsas. La falta de sinceridad, la afectación, la desobediencia, etc., son sólo algunos ejemplos que pueden verse en estos falsos videntes…

Falsos videntes

Frente a los verdaderos videntes como los pastores de Fátima, Bernardita, Catalina, etc. tenemos una gran cantidad y gama de falsos videntes ‘bufones de Satanás’, ‘altavoces de ellos mismos o del Diablo’. Podemos decir de ellos que son ‘anti-profetas’. Siempre con riesgos de transformarse en ‘marionetas’ del Diablo ‘predicador y rezador’. Manipulados y manipuladores al propagar la falsa piedad mariana, supersticiosa, temerosa y tumorosa. Borrosas fronteras con el ‘Satanismo’ místico.

Indicio de todo esto que estamos afirmando son la cantidad de apariciones que surgen hoy por doquier. Como ya decíamos al principio, uno de los fenómenos de nuestros días es la falta de fe en el Dios y en la Iglesia verdaderos, así como en la Virgen verdadera (tal y como nos la presenta el Espíritu Santo por la Iglesia, su Esposa), y esto ocasiona que surjan todos estos lugares.

Indicio de falsa aparición es la soberbia de sus instrumentos o videntes, que atacan a la Iglesia, censuran al Papa, a los obispos o a los sacerdotes con el pretexto de que ellos son santos y no los otros.

Indicio de mentira son los montajes o las grandes ganancias, los enriquecimientos de muchos de los videntes u organizaciones que ‘despluman’ a sus seguidores y los dejan incluso en la calle, no olvidemos que el entusiasmo no controlado en mentes ‘débiles’ ocasiona el que los pícaros se aprovechen bien y saquen buena tajada.

Indicio de falsedad son estos videntes que se contradicen, que no están seguros, que afirman cosas o contra el Magisterio de la Iglesia o contra la práctica multisecular de siempre en la Iglesia (por ejemplo llevando a familias enteras a dejar su hogar e irse todos a vivir en comunidad, donde el núcleo familiar queda anulado y como nos dice la Iglesia: ‘La familia es la Iglesia doméstica’

Indicio de montaje es el ‘milagrerismo’, la ‘superstición’, ‘la histeria’, tan contrarias al Evangelio y que estas nuevas apariciones fomentan constantemente, ‘milagros’ que unos ven y otros no, o unos más claro que otros. En Fátima, por el contrario, el milagro del sol fue claro y tajante y todos lo vieron. Si Dios hace algo sobrenatural lo hace para que todos lo vean claro. El fin del Milagro es demostrar el poder Divino.

Podría decir muchas más cosas, prefiero que con todo lo dicho juzguen ustedes mismos. Que mediten profundamente y pidan luz y gracia al Espíritu Santo para que nos ayude a entender y a comprender todas estas cosas en las que nos jugamos mucho. Que todo contribuya para que llegue el tan deseado y esperando Triunfo del Inmaculado Corazón de María, prometido y anunciado en Fátima, que llegará sólo cuando Dios quiera, cuando Dios lo designe en su Infinita Providencia y Misericordia. A nosotros sólo nos queda vivir el presente, aprovechar el momento actual que Dios nos ha dado, para santificarnos, santificar a los demás y trabajar por la Gloria de Dios.

 

posesión

¿Suceden realmente las posesiones diabólicas?¿Cómo distinguirlas de los casos patológicos?

Pregunta:

¿Suceden realmente las posesiones diabólica? ¿Cómo identificarlas, diferenciándolas de algún tipo de psicopatología? ¿Cómo funciona y cómo se realiza un exorcismo?

 

Respuesta:

Estimada:

Trataré de responderle de la manera más exacta posible.

1. Los elementos constitutivos de la posesión diabólica

Dos elementos constituyen la posesión, explica Tanquerey[1]: la presencia del demonio en el cuerpo del poseso, y el imperio que ejerce sobre el cuerpo, y, por medio de éste, en el alma. No está el demonio unido con el cuerpo como unida con el cuerpo está el alma; con respecto al alma no es sino un motor externo, y, si obra en ella, es por medio del cuerpo en el que habita. Puede obrar directamente en los miembros del cuerpo, y hacerlo ejecutar toda clase de movimientos; indirectamente obra en las potencias, en cuanto éstas dependen del cuerpo para sus operaciones.

Pueden distinguirse en lo posesos dos estados diferentes; el de la crisis y el de la calma. La crisis es a manera de acceso violento, en el que el demonio manifiesta su imperio tiránico produciendo en el cuerpo una agitación febril que se manifiesta en contorsiones, en grito de rabia, en palabras impías y blasfemias. Los pacientes pierden entonces, al parecer, todo conocimiento de lo que pasa en ellos que dijeron o hicieron, o mejor, de lo que hizo el demonio por medio de ellos. Solamente en el comienzo sienten la irrupción del demonio; luego parecen perder la conciencia. Esta regla, sin embargo, tiene sus excepciones.

En los intervalos de sosiego no hay por donde se pueda descubrir la presencia del espíritu maligno; diríase que se fue. Mas a veces, Sin embargo, manifiéstase su presencia, por una especie de enfermedad crónica que desconcierta todos los remedios de la ciencia médica.

A menudo ocurre ser muchos los demonios que poseen a una sola persona; lo cual demuestra cuán poco posesión pueden. De ordinario la posesión no se verifica sino en los pecadores; pero hay excepciones.

2. Las señales de la posesión

Como hay enfermedades nerviosas, y monomanías o casos de enajenación mental, que se asemejan, en sus manifestaciones, a la posesión diabólica, importa mucho indicar las señales por las que podemos distinguirla de dichos fenómenos morbosos.

Según el Ritual Romano, tres son las señales principales para conocer la posesión diabólica:

a) El hablar lenguas no sabidas. Para comprobarlo bien, es menester estudiar a fondo el sujeto; ver si, en tiempos pasados, tuvo ocasión de aprender algunas palabras de dichas lenguas; si, en vez de articular algunas frases sueltas aprendidas de memoria, habla y entiende una lengua que en verdad no conocía.

b) La revelación de cosas ocultas, sin medio natural que lo explique. También en esto es menester una profunda investigación; cuando se tratare de cosas lejanas, será menester estar seguros de que no puede saberlas el sujeto por ningún medio natural; cuando de cosas futuras, hay que esperar que se cumplan para ver si suceden exactamente como se había anunciado, y si son bastante determinadas de manera que no dejen lugar al equívoco. Luego de comprobado el hecho a conciencia, aún queda por ver si ese conocimiento preternatural procede del bueno o del mal espíritu, según las reglas para la discreción de espíritus; y de un espíritu maligno presente a la sazón en el poseso.

c) El uso de fuerzas superioresnotablemente a las naturales del sujeto, habida cuenta con su edad, su adiestramiento, su estado morboso, etc.; realmente hay casos de sobreexcitación, en los que se duplican las energías. El fenómeno de la elevación en el aire, cuando se ha comprobado enteramente, es preternatural; hay casos en los que, teniendo en cuenta las circunstancias, no se puede atribuir a Dios ni a sus ángeles; se ha de tener por señal de intervención diabólica.

A estas señales pueden añadirse las que se deducen de los efectos causados por el empleo de los exorcismos o de las cosas sagradas, especialmente de las que se aplican a escondidas de los que se piensan que están posesos. Ocurre, por ejemplo, que, cuando se les aplica alguna cosa santa, o se recitan por ellos las preces litúrgicas, les acometen crisis de indecible furor, y blasfeman horriblemente. Más esta señal no es cierta sino cuando se hace todo eso sin saberlo el paciente; si se dan cuenta de ello, pudiera ser que se enfurecieran, ya por el horror que les causa todo lo que a la religión se refiere, ya por fingimiento.

No se ha de admitir, pues, de buenas a primeras la posesión, y nunca seremos harto prudentes antes de resolver.

3. Diferencia entre la posesión y los trastornos nerviosos

Las experiencias hechas con personas atacadas de enfermedades nerviosas han demostrado haber cierta analogía entre sus estado morbosos y los gestos de los posesos. No hay para maravillarse de esto: el demonio puede producir ora enfermedades nerviosas, ora fenómenos exteriores análogos a los de los nerviosos. Esta es una razón más para ser muy cauto en el juicio acerca de lo casos que se dicen de posesión.

Más estas analogías son únicamente en los gestos exteriores, que, de suyo, no bastan para probar la posesión. Jamas se supo de neurótico alguno que hablara lenguas no sabidas, que revelara los secretos del corazón, o que vaticinara lo porvenir con precisión y certeza. Estas son, según dijimos, las señales verdaderas de la posesión; cuando faltaren todas ellas, puede juzgarse que no hay sino una sencilla neurosis. Cuando alguna vez se equivocaron los exorcistas, fue por apartarse de las reglas que señala el Ritual. Para evitar engaños, conviene que examinen el caso, no solamente sacerdotes, sino también médicos católicos.

4. Remedios contra la posesión

Los remedios son, en general, cuantos pueden debilitar la acción del demonio en el hombre, purificar el alma y fortalecer la voluntad contra las acometidas diabólicas; de modo especial los exorcismos.

1) Remedios generales

a) Uno de los más eficaces es la purificación del alma por medio de una buena confesión, sobre todo de una confesión general, que moviéndonos a humildad y santificándonos, hace huir el espíritu soberbio e impuro. El Ritual aconseja añadir a esto el ayuno, la oración y la sagrada comunión. Cuanto más limpio de almas y mortificados estemos, tanto menos tendrá en nosotros parte el demonio; y la sagrada comunión pone dentro de nosotros al que venció a Satanás. Sin embargo, la sagrada comunión no ha de recibirse sino en los momentos de calma.

b) Los sacramentales y los objetos benditos tienen también mucha eficacia. Por razón de las oraciones que ha recitado la Iglesia al bendecirlos. Santa Teresa tenía especial confianza en el agua bendita, y bien fundada, porque la Iglesia le da la virtud de ahuyentar el demonio. Pero se ha de usar de ella con espíritu de fe, humildad y confianza.

c) El crucifijo, la señal de la cruz. Y sobre todo, las reliquias auténticas de la vera cruz son espantables para el demonio que fue vencido por la cruz: ‘et qui ligno vincebat, in ligno quoque vinceretur’. Por la misma razón teme mucho el espíritu maligno la invocación del santo nombre de Jesús, que, según la promesa del Señor, tiene maravilloso poder para poner en fuga el demonio.

2) Los exorcismos

Dice el Catecismo (n. 1673): ‘Jesús lo practicó (Mc 1,25 ss), de El tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar. En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la celebración del Bautismo. El exorcismo solemne sólo puede ser practicado por un sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia. El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia’.

P. Miguel A. Fuentes, IVE


[1] Resumo todo cuanto sigue a continuación de Ad. Tanquerey, Compendio de Teología Ascética y Mística, Ed. Desclée de Brouwer, Buenos Aires 1944, nn. 1537 y ss.