las Antífonas de la O

Las Antífonas «O»

Pregunta:

Me gustaría saber qué son las Antífonas de la «O». Dios lo bendiga. Roberto (Argentina)

 

Respuesta:

Su pregunta es muy interesante y muy a propósito para este tiempo de Adviento, que es tiempo de preparación para la Natividad del Señor. Las Antífonas «O», también llamadas antífonas «mayores», son aquellas que se rezan en las Vísperas de las ferias especiales del Adviento, es decir, aquellas que nos disponen inmediatamente para la celebración de la Navidad, para el recuerdo gozoso de la primera venida del Señor en la humildad de nuestra carne, esperado con tantas ansias por los justos del Pueblo de Israel.

Estas antífonas se entonan antes y después del Magnificat durante los días 17 al 23 de diciembre. Ya el Concilio de Zaragoza (380) asignaba una especial importancia a estos días que son como el núcleo del Adviento. Según Amalario de Metz (780-850), estas Antífonas (denominadas “O” por empezar con esta interjección), son de origen romano, y muy probablemente se remonten al tiempo de San Gregorio Magno (+604), es decir, a inicios del siglo VII°.

Al ser antífonas del Magnificat, remarcan de manera particular que el Salvador que esperamos vendrá por María Santísima. En el siglo XI°, era tanta la piedad popular, que numerosos fieles se presentaban cada día al oficio de Vísperas para esperar la venida del Salvador y honrar a su Madre, y la Antífona era repetida por un coro de niños luego de cada verso del cántico evangélico. Así es como el ingenio popular compuso luego un himno, el Veni Emmanuel, tomando como tema estas antífonas, tal vez en Francia.

Cada Antífona comienza con la interjección «Oh», seguida de un nombre o título mesiánico de Nuestro Señor, tomado de las Escrituras, para terminar con la súplica de su venida para salvarnos. Así:

17 de diciembre
O Sapientia, quae ex ore Altissimi prodiisti, attingens a fine usque ad finem fortiter, suaviterque disponens omnia: veni ad docendum nos viam prudentiae.

Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ¡ven y muéstranos el camino de la salvación!

18 de diciembre
O Adonai, et dux domus Israël, qui Moyse in igne flammae rubi apparuisti, et ei in Sina legem dedisti: veni ad redimendum nos in brachio extento.

Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ¡ven a librarnos con el poder de tu brazo!

19 de diciembre
O Radix Jesse, qui stas in signum populorum super quem continebunt reges os suum, quem gentes deprecabuntur: veni ad liberandum nos, jam noli tardare.

Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones, ¡ven a librarnos, no tardes más!

20 de diciembre
O Clavis David et sceptrum domus Israël, qui aperis et nemo claudit, claudis et nemo aperit: veni, et educ vinctum de domo carceris, sedentem in tenebris et umbra mortis.

Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ¡ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte!

21 de diciembre
O Oriens, splendor lucis aeternae et sol justitiae: veni et illumina sedentes in tenebris, et umbra mortis.

Oh Sol que naces de lo alto, Resplandor de la Luz Eterna, Sol de justicia, ¡ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte!

22 de diciembre
O Rex Gentium et desideratus earum lapisque angularis, qui facis utraque unum: veni, et salva hominem quem de limo formasti.

Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ¡ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra!

23 de diciembre
O Emmanuel, Rex et legifer noster, expectatio gentium et Salvator earum: veni ad salvandum nos, Domine, Deus noster.

Oh Emmanuel, Rey y Legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ¡ven a salvarnos, Señor Dios nuestro!

Tomando todos los títulos aplicados a Jesucristo, subiendo desde el día 17 al 23, se forma un acróstico:

23 – Emmanuel
22 – Rex gentium
21 Oriens

20 – Clavis Davidica
19 – Radix Jesse
18 – Adonai
17- Sapientia

Así, luego de aclamar al Mesías e invocar su venida de este modo, al terminar el septenario, en la Vigilia, el día 24, el Salvador responde a los fieles con la frase que se forma leyendo las primeras letras: «ERO CRAS» («Yo seré mañana o vendré mañana»).

Estas antífonas han sido de inspiración para los músicos. Ya hemos apuntado cómo surgió el himno Veni Emmanuel, en Francia, el cual ha sido publicado en el PsalteriolumCantionum Catholicarum (Cologne 1710). En 1854, fue adaptado para ser cantado con acompañamiento por Thomas Helmore. En este himno de adviento, se inspiró el gran músico húngaro Zoltán Kodály (1882-1967), para su Adventi Ének, a tres voces mixtas (soprano, contralto, y tenores-bajos).

Kodály utiliza solo cinco de las siete antífonas del himno. Y va respetando siempre la melodía medieval para todas las estrofas. Parte del unísono a la octava y se abre armónicamente recién en el primer ¡Gaude! ¡Gaude!, manteniendo la melodía la soprano. El tema va pasando de cuerda en cuerda, modulando en distintas tonalidades. En la segunda estrofa (Veni, O Jesse Virgula), lo toman las voces masculinas (bajos-tenores); en la tercera (Veni, O Oriens), hacen lo propio las sopranos, y al final de la misma lo toman en octava los bajos-tenores y las contraltos, para el lúgubre «tenebras»-; luego, en la cuarta (Veni, O Clavis Davidica) toman la posta las contraltos, llegándose como a un climax en el agudo de la sopranos en el estribillo, ¡Gaude! (porque el Señor viene a abrirnos las puertas del cielo y a cerrar las del infierno); la última estrofa retoma el tono inicial y el unísono para la soprano y el bajo en un conmovedor pianísimo, mientras que la contralto hace un contra canto. La estrofa estalla en la majestad de la gloria del Sinaí. El Amén final, es un abanico de voces: soprano (que mantiene la misma nota hasta el final), contralto, tenor, barítono y bajo. Se destaca la escala descendente del barítono, que descansa en el grave final de los bajos. ¡Gózate Israel, gózate, oh, alma, que se goce la Iglesia toda, porque nacerá por nosotros el Emmanuel!
La obra puede escucharse en una excelente versión en http://www.youtube.com/watch?v=xRi1GDoaQu4 por L’Accorche-Choeur, Ensamble Coral Fribourg.
A continuación, en dos columnas, ofrecemos el texto con la traducción:

Veni, Veni, Emmanuel,
Captivum solve Israel,
Qui gemit in exilio,
privatus Dei Filio.Gaude, Gaude, Emmanuel
nascetur pro te Israel.

Veni, O Jesse Virgula,
ex hostis tuos ungula,
de specu tuos tartari, 
educ et antro barathri.

Veni, Veni, O Oriens,
solare nos adveniens,
Noctis depele nebulas, 
Dirasque noctis tenebras.

Veni Clavis Davidica; 
Regna reclude caelica;
Fac iter tutum superum,
et claude vias inferum.

Veni, Veni Adonai, 
qui populo in Sinai,
Legem dedisti vertice,
in majestate gloriae. 
Amen.

Ven, Ven, Emmanuel,
libera al cautivo Israel,
que gime en el exilio,
privado del Hijo de Dios.Gózate, gózate, Emmanuel
nacerá por ti, Israel

Ven, oh Vara de Jesé,
saca a los tuyos
de la garra del enemigo,
y de la cavidad del infierno.

Ven, Ven, oh Sol naciente,
consuélanos viniente;
aleja la oscuridad de la noche
y sus maldiciones tenebrosas.

Ven, Llave de David;
abre las puertas del Cielo;
Haz un camino seguro a lo alto,
y cierra los caminos del infierno.

Ven, Ven, Adonai,
que al pueblo en el Sinaí,
en su cima, diste la ley,
en la majestad de la gloria.
Amén.

P. Jon M. de Arza, IVE