Pregunta:
Me podrían ayudar por favor a saber sobre le maniqueísmo.
Respuesta:
El maniqueísmo es una antigua “religión” o secta que tomó el nombre de su fundador, el sabio persa Mani (c. 216-c. 276). Básicamente sostiene que hay dos principios de todas las cosas (dualismo): un principio del bien y otro del mal. El primero ha creado las cosas espirituales; el segundo las materiales. Nosotros sostenemos, en cambio, que uno sólo es el principio de todas las cosas, que todas las cosas son buenas (como dice el libro del Génesis, “vió Dios todo lo que había dicho y todo era muy bueno”), por eso se dice en el Credo, Creo en un solo Dios, Padre Omnipotente, Creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas, visibles e invisibles. Sucede que para los maniqueos el fuego era malo porque quemaba, el agua mala porque ahogaba, y así sucesivamente. San Agustín, que, en su búsqueda de la verdad, formó parte de esta secta durante nueve años, desde el 373 hasta el 382, se encargó luego de su conversión, de refutarla brillantemente, y de poner en ridículo a sus partidarios. No existe un Dios del Mal, creador de todo lo malo; el mal es ausencia o privación de bien. Por ejemplo, no existe la ceguera propiamente hablando, lo que existe es el animal ciego, es decir, privado de la potencia visiva. No puede existir un mal absoluto, un mal puro, esto es una contradicción, puesto que todo lo que existe, es, tiene ser, y lo que es, por ese mismo hecho, es bueno, tiene, al menos, la bondad del ser. Los maniqueos eran “puritanos”, por así decir, puesto que todo lo material era malo. El cuerpo del hombre era malo, y el espíritu bueno. Por eso el espíritu debía liberarse del cuerpo, mediante el conocimiento (en esto, los maniqueos son gnósticos). Para nosotros, no sólo por la Creación, sino que por la Encarnación del Hijo de Dios, sostenemos que la materia es buena, y que nuestros cuerpos son buenos, no son algo de lo cual debamos liberarnos (como decía Platón), sino que debemos perfeccionarnos con todo nuestro ser, alma y cuerpo. Es más, nuestros cuerpos son santos desde el momento en que fueron consagrados por Dios en el bautismo, desde que son templos del Espíritu Santo, pero estas son ya verdades sobrenaturales. Para refutar el maniqueísmo, basta con la filosofía, con la correcta noción de bien y mal. Existe el Bien Infinito, absoluto, sin mezcla alguna de mal, pero no puede existir el mal absoluto, sin ninguna mezcla de bien, como le explicaba antes.
En el Catecismo de la Iglesia Católica, n. 285, leemos lo siguiente: “Desde sus comienzos, la fe cristiana se ha visto confrontada a respuestas distintas de las suyas sobre la cuestión de los orígenes. Así, en las religiones y culturas antiguas encontramos numerosos mitos referentes a los orígenes. Algunos filósofos han dicho que todo es Dios, que el mundo es Dios, o que el devenir del mundo es el devenir de Dios (panteísmo); otros han dicho que el mundo es una emanación necesaria de Dios, que brota de esta fuente y retorna a ella; otros han afirmado incluso la existencia de dos principios eternos, el Bien y el Mal, la Luz y las Tinieblas, en lucha permanente (dualismo, maniqueísmo); según algunas de estas concepciones, el mundo (al menos el mundo material) sería malo, producto de una caída, y por tanto se ha de rechazar y superar (gnosis); otros admiten que el mundo ha sido hecho por Dios, pero a la manera de un relojero que, una vez hecho, lo habría abandonado a él mismo (deísmo); otros, finalmente, no aceptan ningún origen trascendente del mundo, sino que ven en él el puro juego de una materia que ha existido siempre (materialismo). Todas estas tentativas dan testimonio de la permanencia y de la universalidad de la cuestión de los orígenes. Esta búsqueda es inherente al hombre.” Puede leer el Contra Maniqueos de San Agustín, o lo que pone sobre esta secta en sus Confesiones, o también lo que dice al respecto Santo Tomás de Aquino en su Credo Comentado.
P. Jon M. de Arza, IVE