Pregunta:
Estimado Padre:
Soy cristiano hace unos años y quisiera saber cual es su posición frente a la ‘unicidad’ de Dios (así como existe la doctrina de la Trinidad) y en que se basa para hablar sobre ella.
La verdad es que quisiera saber la opinión de la teología frente a este tema que es un tanto conflictivo.
Muchas gracias, bendiciones.
Respuesta:
Estimado Roberto:
Dios es uno en naturaleza (hay un solo Dios). Esto se puede ver siguiendo a Santo Tomás (Suma Teológico, I pars, q. 11, art. 3)
Se demuestra de tres maneras.
1) Primera, por su simplicidad. Es evidente que aquello por lo cual algo es esta cosa, de ningún modo es transmisible a muchos. Ejemplo: Aquello por lo que Sócrates es hombre, se puede decir de muchos; pero aquello por lo que es este hombre, sólo se puede decir de uno. Si aquello por lo que Sócrates es hombre fuera también aquello por lo que es este hombre, así como no puede haber muchos Sócrates, así tampoco podría haber muchos hombres. Esto es lo que le corresponde a Dios, pues el mismo Dios es su naturaleza, como quedó demostrado (Suma Teológica q.3 a.3). Por lo cual dios y este Dios son el mismo. Así, pues, resulta imposible que haya muchos Dioses.
2) Segunda, por la infinitud de su perfección. Quedó demostrado ( Suma Teológica q.4 a.2) que Dios contiene en sí mismo toda la perfección del ser. Si hubiera muchos dioses, entre ellos debería haber diferencia. Algo le correspondería a uno que no tendría otro. Y si este algo fuese la privación, no sería absolutamente perfecto. Y si este algo fuese la perfección, a otro le faltaría. Luego es imposible que haya muchos dioses. De ahí que los antiguos filósofos, impulsados por esta misma verdad, al establecer un principio infinito, establecieron un solo principio.
3) Tercera, por la unidad del mundo. Todo lo existente esta íntimamente ordenado, ya que unas cosas sirven a las otras. Las cosas diversas no convergerían en un orden a no ser que fueran ordenadas por uno. Pues lo múltiple se coordina mejor dentro del orden que establece uno al que establecen muchos ya que el uno es causa de unidad, mientras que lo múltiple lo es sólo accidentalmente, esto es, en cuanto de algún modo es uno. Así pues, como quiera que aquello que es primero es, en cuanto tal, lo más perfecto y no accidentalmente, es necesario que lo primero a lo que se reduce todo en un orden sea uno solo. Y esto es Dios.
Para ampliar este tema, puede ver los libros:
Antonio Royo Marín, Dios y su obra, BAC, Madrid.
Reginald Garrigou-Lagrange, ‘Dios. Su existencia. Su naturaleza‘, Palabra, Madrid 1977.
Cornelio Fabro, ‘Drama del hombre y misterio de Dios‘, Rialp, Madrid 1977.
Cornelio Fabro, ‘El problema de Dios‘, Herder, Barcelona 1963.
En Cristo y María.
P. Miguel A. Fuentes, IVE