Pregunta:
Mi duda e acerca de los anticonceptivos: ¿por qué se prohiben en la Iglesia católica y en la religión judía no (las mujeres judías pueden utilizar anticonceptivos definitivos), siendo religiones muy ligadas en lo que respecta en la moral? Espero su respuesta por favor ya que he escrito mucho a otras personas y nadie me ha respondido esta duda. Muchas gracias.
Respuesta:
Estimado:
Ante todo, hay que ver si el ‘judaísmo’ acepta la anticoncepción, o bien ‘algunos’ pensadores judíos.
Pero aún en la hipótesis de que el judaísmo los acepte o al menos los sectores más representativos del mismo, debo decirle que el problema de la anticoncepción no sólo es un problema que afecta a la religión sino principalmente a la ley natural. La Iglesia católica prohíbe la anticoncepción porque ésta va contra la ley natural al separar las dos dimensiones del acto conyugal: la unión de los esposos de la procreación potencial que se da de modo natural en el mismo acto.
Por otra parte, y como se lee en la Carta a los Hebreos (1,1-2), Jesucristo ha traído la plenitud de la Revelación. Jesucristo, como es sabido, profundiza la Ley de Moisés y la aclara, como enseña Santo Tomás de Aquino, quien dice: ‘Cristo cumplió los preceptos de la ley antigua con las obras y con la doctrina. Con las obras, porque quiso ser circuncidado, y observar todas las demás prescripciones legales que obligaban en su tiempo; según Gál 4,4: Nacido bajo la ley. Con su doctrina dio cumplimiento a los preceptos de un triple modo. Primero, expresando el verdadero sentido de la ley. Como queda patente en el homicidio y el adultero, en cuya prohibición los escribas y fariseos no entendían más que la prohibición del acto externo, por lo cual el Señor perfeccionó la ley mostrando que también los actos internos de los pecados caían bajo la prohibición (Mt 5,20). Segundo, dio cumplimiento a los preceptos ordenando el modo de observar más seguramente lo mandado por la ley vieja. Por ejemplo, estaba mandado que nadie perjurase, lo cual se observará mejor si el hombre se abstiene totalmente de jurar, salvo caso de necesidad (Mt 5,33). Tercero, el Señor perfeccionó los preceptos de la ley, añadiendo ciertos consejos de perfección, como se ve en Mt 19,21, donde el Señor dice a aquel que le había dicho que él observaba todos los preceptos de la antigua ley: Aun te queda una cosa, si quieres ser perfecto: ve, vende todo lo que tienes y luego sígueme (cf. Mc 10,21; Lc 18,22)’ (Suma Teológica, I-II,107,2).
De este modo no es de extrañar que la Iglesia Católica ponga de manifiesto verdades de orden natural que se encuentran reveladas implícitamente en las Escrituras aceptadas por el judaísmo.
P. Miguel A. Fuentes, IVE