concubinato

En una situación de concubinato ¿no hay ninguna posibilidad de recibir la comunión?

Pregunta:

Hace 5 años que estoy casada sólo civilmente. Tengo un hijo de 3 años de este matrimonio y otro hijo de 10 años de mi primer matrimonio (que hice por la Iglesia). Mi esposo y yo somos creyentes, fomentamos la fe en Dios en la familia, vamos cada domingo a Misa y a los principales acontecimientos católicos.

Al inicio de nuestra unión trate de invalidar mi primer matrimonio, pero fue rechazada la solicitud.  Sé que Dios ama la familia, sé que debe permanecer unida, sé que me equivoqué al casarme por vez primera y quizá aún más separándome. Pero ahora tengo un nuevo compromiso con mi actual familia, ya que existe un hijo de ambos, y mi otro hijo mayor tiene ahora estabilidad en el seno de esta nueva familia… Hacia atrás no puedo volver, no estoy sola en esta decisión tengo hijos y veo armonía en mi situación actual; inclusive me he acercado a Dios por mi actual esposo.

Mi pregunta es: ¿no existe ninguna posibilidad para nosotros de recibir el sagrado sacramento de la comunión?, ¿acaso para recibirlo debemos separarnos, desintegrando esta familia? ¿o podemos salvar nuestra alma sin comulgar nunca más? Gracias por su respuesta.

Respuesta:

Estimada Señora:

Comprendo la dificultad de su situación y veo que es Usted muy instruida como para conocer la doctrina no sólo del Magisterio de la Iglesia sino del mismo Evangelio.

Aún entendiendo su dolorosa situación, no puedo engañarla y darle una falsa enseñanza sobre el matrimonio: el matrimonio válidamente celebrado y consumado es indisoluble y quien está unido por un vínculo anterior no puede volver a casarse mientras viva su consorte. Esto Usted ya lo sabe; disculpe que se lo repita.

Respecto a la pregunta concreta que me hace, debo decirle que si bien Usted por el momento no puede recibir la comunión, puede sin embargo rezar y hacer una comunión espiritual. Hay situaciones en que personas como Usted no pueden separarse (a veces porque hay hijos de por medio, otras porque se necesitan para mantenerse, y otras porque no tienen la fuerza de voluntad para dar un paso necesario pero penoso); en tales casos pueden recibir los sacramentos (confesión y comunión, al menos en privado si no puede ser en público) si viven bajo el mismo techo, pero como hermanos y no como esposos. Ha escrito el Papa Juan Pablo II hablando de los divorciados vueltos a casar: “La reconciliación en el sacramento de la penitencia –que les abriría el camino al sacramento eucarístico– puede darse únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio. Esto lleva consigo concretamente que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios, –como, por ejemplo, la educación de los hijos– no pueden cumplir la obligación de la separación, asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos”[1].

Tal vez Usted no se sienta capaz de ello por el momento, o no pueda decidirlo sola. Pero tampoco se apresure a decir que en el futuro no podrá ser así; la vida tiene muchos giros; hay muchas situaciones en la vida que obligan incluso a los esposos legítimos a vivir de esta forma. Mientras no pueda actuar así, siga uniéndose a Nuestro Señor por medio de la oración; allí encontrará consuelo en sus penas y fortaleza en sus dificultades. No deje de ir a Misa; aunque Usted no pueda comulgar, igualmente allí delante suyo Jesucristo se inmola en la cruz, ¡también por Usted y por su familia!

Récele mucho a la Virgen Santísima.

P. Miguel A. Fuentes, IVE

[1] Juan Pablo II, Exhortación Familiaris consortio, 84.

concubinato

¿Porqué los que viven en concubinato no pueden ser absueltos de sus pecados y si los que fornican pero no viven en concubinato?

Pregunta:

Soy casada por lo civil, un día de estos quise confesarme y el padre me dijo que no podía absolverme los pecados hasta que yo no cambiara, mi pregunta es: las personas que fornican ¿no están en el mismo pecado y por que ellos pueden comulgan y yo no?, ¿Estaba en lo cierto el padre?
G. de Costa Rica

Respuesta:

Estimada G.:

Tiene razón el sacerdote y en parte también usted. Son dos situaciones diferentes, aunque parecidas en algo.

El que fornica comete pecado grave y si se confiesa ‘con intención de seguir fornicando’ no vale ni su confesión ni su comunión; es decir, no puede ser perdonado de sus pecados ni puede comulgar. Cuando una persona que ha fornicado se confiesa y es absuelto esto es porque en la confesión ‘se ha comprometido a no volver a hacer ese pecado’. Si alguien mintiese para ser absuelto y poder comulgar, su confesión sería inválida y sacrílega y su comunión también sería sacrílega.

Tal vez lo sepa sólo Dios, pero es un gran pecado, y basta que lo sepa Dios para que nuestra conciencia nos condene.
Su caso es distinto, porque usted al convivir sin estar casada por la Iglesia, manifiesta con el mismo hecho de seguir viviendo en concubinato (a lo que es casi equivalente el vivir sólo casada por civil) que tiene intención de seguir en su estado que es, a los ojos de Dios, pecado.

Por eso, tanto a usted (casada sólo por civil), como a quien ha fornicado, se les exige lo mismo; sólo que es más fácil demostrar su voluntad de cambiar de vida para quien no convive con otra persona.

De todos modos, estimada G., si usted tiene intención de regularizar su situación (y si esto es posible, es decir, si no existe ningún impedimento, como podría ser el hecho de que alguno de los dos ya haya estado casado por la Iglesia anteriormente), puede también solucionar su problema moral y espiritual dando los pasos necesarios para casarse por la Iglesia.

En Cristo y María.

P. Miguel A. Fuentes, IVE

casada

No estoy casada, pero me siento bien con Dios

Pregunta:

¿Qué pasa si no estoy casada por la iglesia pero siento que estoy bien con Dios?

Respuesta:

Estimada:

Le hablaré como quien busca todo su bien espiritual y solamente su felicidad. Como Usted bien parece intuir, para la ley de Dios no está bien el convivir sin estar casados (esto se llama concubinato). Quienes no están unidos en legítimo matrimonio no pueden vivir juntos y correspondería que se casen según la ley de Dios o bien se separen. Si, por algún motivo muy grave no pueden realizar ninguna de las dos cosas mencionadas, entonces deben, por lo menos, vivir la castidad perfecta, lo cual incluye no sólo abstenerse de practicar relaciones sexuales sino de toda expresión de afecto que correspondan a quienes están unidos matrimonialmente. Si dos personas de diverso sexo viven bajo el mismo techo “como hermanos” no cabrían objeciones morales, salvo el que esto sea para ellas ocasión de tentaciones o bien sirva de escándalo para los demás; pero si viven afectivamente como esposos, aun cuando no tengan relaciones sexuales tal situación es moralmente incorrecta.

Respecto de su pregunta, debo decirle que su situación es, ciertamente, un obstáculo para su vida espirtual, puesto que le impide acceder a los sacramentos, por la misma situación de pecado en que vive. Es condición necesaria para la validez del sacramento de la confesión el arrepentimiento de los pecados y el proponerse firmemente no pecar más, es decir, cumplir con los mandamientos de Dios alejándonos de hecho del pecado y de las ocasiones de pecado. Quien no tiene estas disposiciones no puede ser perdonado de sus pecados ni puede consiguientemente comulgar.

Rezo a Dios para que pueda poner pronto remedio a esta situación para hallar a Dios en la paz de su alma. La encomiendo a la Virgen, que es refugio de los pecadores (es decir, nuestro refugio), y auxilio de los cristianos. No tenga miedo de tomar las decisiones que sean necesarias para la salvación de su alma. Hable con la persona con la que convive , y hable también con algún sacerdote que pueda orientarla mejor que yo por escrito. Sepa que no está sola, que puede contar con ls oraciones y sacrificios de todos los fieles que rezan por quienes se encuentran en situaciones como la suya (y que son muchas personas).

P. Miguel A. Fuentes, IVE

Eucaristía

¿Cómo puede estar Jesús en la hostia y bajar al estómago de un hombre?

Pregunta:

Hola padre saludos en Cristo Jesus.
Hace un par de días atrás, dialogando con una amiga protestante, me decía que en la hostia no podía estar Jesús realmente, puesto que Dios es más que una galletita, y que no era bien visto esto por Dios puesto que al ingerir la hostia ésta va al estomago y posteriormente se tiene que evacuar, a lo que no supe responder, pues hasta donde sé tarde de 15 a 20 minutos para desintegrarse. ¿Sufre algún proceso de descomposición?, ¿como podría responderle a esta pregunta?

Respuesta:

Estimado:

La Iglesia enseña que Jesús está verdadera, real y sustancialmente presente en la Eucaristía. El mismo Martín Lutero, a diferencia de los protestantes que le sucederán, aceptaba la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. Por supuesto que Dios es más que una ‘galletita’, y también es más que un hombre, y sin embargo se encarnó tomando la condición de esclavo, pasando por uno de tantos, y se entregó a la muerte y muerte de cruz (como enseña la Sagrada Escritura). Precisamente ahí está el gran amor de Dios, que para salvarnos no se horrorizó de entrar en el seno de una virgen (como canta el himno Te Deum, ‘non horruisti virginis uterum’), y en el colmo del amor, para quedarse con nosotros hasta el fin de los tiempos, se hizo cautivo de amor, quedándose en la Eucaristía, que, como sabemos por la fe, luego de la consagración, no es una simple ‘galletita’ o, mejor, un poco de pan, sino el mismisimo Cuerpo de Cristo. De lo contrario, Jesús mentiría al decir: ‘Esto es mi Cuerpo’, y esto lo comprendieron muy bien aquellos que se escandalizaron cuando Jesús pronunció su discurso del Pan de Vida (Jn 6), porque pensaron (y pensaron bien), que Jesús les daría a comer su carne y a beber su sangre, pero lo que nunca imaginaron es que lo haría por el maravilloso prodigio de la Eucaristía. Por eso San Cirilo de Jerusalén afirmaba: ‘No dudes que sea verdad; antes bien, recibe con fe las palabras del Salvador, pues, siendo la verdad, no miente’

Le recomiendo que lea lo que a propósito enseña el Catecismo de la Iglesia Católica, en la parte referida a los sacramentos. La presencia de Jesús permanece mientras no se corrompan las especies eucarística, es decir los accidentes del pan y del vino. Cuando estos se corrompen, y eso sucede por la digestión(proceso que dura unas dos horas, más o menos), ya no está más Cristo presente, ya no hay más sacramento, por lo que lo que evacuamos es lo que ha sido procesado de las especies eucarísticas (junto con los demás aliemntos ingeridos), y no el Cuerpo de Cristo.

Le aconsejo la asistencia diaria a la Santa Misa, la adoración al Santísimo, y las visitas a Jesús que está en el Sagrario, pidiendo el aumento de la fe eucarística, ya que es en verdad, el ‘misterio de la fe’.

Si le interesa, puede bajar on line el libro del P. Fuentes, ‘¿En dónde dice la Biblia que…?’ (se puede descargar gratuitamente desde la página de El Teólogo Responde), en el que encontrará la respuesta a las principales objeciones de las sectas a la Iglesia.

P. Jon M. de Arza, IVE

comulgar

¿Cuál debe ser la postura de los fieles luego de comulgar?

Pregunta:

Luego de comulgar, ¿qué es lo correcto, sentarse, quedarse parado o comulgar y sentarse porque ya se ha recibido a Jesús Eucaristía? Agradezco su tiempo y muchas gracias, lo saludo en el amor de Jesús y María.

Respuesta:

Sobre la postura de los fieles después de la Comunión, hay que decir que, según la IGMR, los fieles «estarán sentados (…) también, según la oportunidad, a lo largo del sagrado silencio que se observa después de la Comunión» (n. 43).

Se dice “después de la Comunión”, no durante la misma. ¿Cuándo termina la Comunión? Con el último que comulga, no con « mi » comunión. La Comunión puede recibirse de rodillas o de pie (haciendo antes la reverencia profunda, cf. IGMR, 160), y se permanece de pie siguiendo el mismo criterio que para la procesión de ofertorio, y, su respectivo canto (“el canto se prolonga mientras se administra el Sacramento a los fieles”, cf. IGMR, 86). Hay que tener en cuenta que hay una procesión de Comunión (y la misma procesión es un “gesto litúrgico”, cf. IGMR, 44 y es importante mantener la unidad de los fieles en este gesto), la cual se prolonga hasta tanto no termine de comulgar el último fiel. Se supone que durante ese lapso de tiempo, yo debo cantar el canto de Comunión, y no ponerme a rezar individualmente y de rodillas. Por eso, normalmente se está de pie hasta que se reserve el Santísimo Sacramento, dado el caso, luego de lo cual, o nos sentamos o nos arrodillamos para adorar a Cristo en el silencio de nuestro corazón. Y sería de desear que dicho silencio no fuera entorpecido con algún canto inoportuno.

¿Por qué “según la oportunidad”? La Conferencia Episcopal Italiana, por ejemplo, dice que se puede estar de rodillas o sentado después de hecha la Comunión hasta la oración después de la Comunión, y que se debe estar de pie hasta la Comunión inclusive. Entonces, luego de la misma, « pro opportunitate » (si cabe), los fieles se pueden sentar (si no prefieren estar arrodillados, o si no hay asientos, etc). Es lo que de hecho, realiza el sacerdote, que luego de distribuir la Comunión y de purificar los vasos sagrados, se sienta.

P. Jon M. de Arza, IVE