Jesucristo

¿Cómo sé yo que Jesucristo va a venir nuevamente?

Pregunta:

Unos vecinos protestantes siempre me sacan el tema de que Jesús está por venir. Yo no lo niego, pero tampoco sé cómo tomar esto. Nosotros los católicos ¿tenemos algún elemento para juzgar esto? ¿Cómo sabemos cuándo va a volver Jesús?

Respuesta:

Por supuesto que Jesucristo va a volver; ésta es una verdad de nuestra fe. La decimos en el Credo: “vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos”. Ésa será la segunda (o tercera según se cuente) venida: vino en la Encarnación; viene a cada alma por la gracia y la cruz (la Sagrada Escritura llama a esto “visitación”) y vendrá al final de los tiempos. Éste es un dogma de los más importantes y muy negado hoy, lamentablemente. Esta verdad está revelada hasta el cansancio: lo dicen los ángeles a los Apóstoles durante la Ascensión de Cristo: Éste que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo (Hch 1,11); San Pablo habla a los Tesalonicenses de la necesidad de… esperar así a su Hijo Jesús que ha de venir de los cielos (1Tes 1,10); y también habla de la Venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos (3,13). Y Jesús, en el momento solemnísimo de su juicio ante el Sanedrín, lo dice a los Sumos Sacerdotes con palabras muy graves: Y yo os declaro que a partir de ahora veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo sobre las nubes del cielo (Mt 26,64; Mc 14,62; Lc 22,69). Este dogma es fundamental para nuestra fe; y tan importante como el de su Primera Venida, es decir, la Encarnación. San Policarpo de Esmirna, escribía a los Filipenses estas terribles palabras: “Quien no reconoce que Jesucristo ha venido en la carne, es un anticristo; y quien rechaza el testimonio de la cruz, viene del diablo; y quien pervierte las palabras del Señor adaptándolas a sus malvados deseos, y niega la resurrección y el juicio, éste es el primogénito de Satanás”[1]. Lo que este dogma quiere decir, es que el mundo no continuará desenvolviéndose indefinidamente, ni acabará por azar, sino por una intervención directa de su Creador. Hoy muchos lo han olvidado pareciéndose a las vírgenes necias del Evangelio, que porque el Novio se hacía esperar pensaron “no viene más” y se durmieron. Vino igual y ellas quedaron fuera de la fiesta. Al olvidarse uno de esta verdad, deja de entender la historia (que para él pierde sentido), puede terminar perdiendo la fe (afirmando que Jesús no vuelve) y paganizándose.

Jesucristo dio signos de la llegada de este juicio, aunque sobre el día preciso no nos dijo nada; y deliberadamente lo ocultó: ni los ángeles del cielo lo saben. ¿Para qué? Para que estemos preparados en todo tiempo. Esos indicios los podemos resumir en tres grupos:

(a) Antes de la Parusía: han de ser evangelizadas la plenitud de las naciones; se dará una apostasía universal (se enfriará la caridad de muchos); y con esto la venida del Anticristo (cf. 2Tes 2,3); será soltado Satanás por un tiempo para que seduzca a las naciones (cf. Ap 20,7); aquí se dará la conversión de los judíos, (cf. Ro 11,25); se dará una gran tribulación como nunca fue vista (cf. Mt 24,21)

(b) Durante la Parusía (cf. Mt 24 y 25): habrá signos en la tierra y en el cielo: oscurecimiento, terremotos, etc.; aparecerá el estandarte de Jesucristo en los cielos; se lamentarán las tribus de la tierra; verán venir al hijo del hombre: Jesucristo; los ángeles reunirán a los elegidos; separará Jesús a los elegidos de los réprobos, o sea, el Juicio Final.

(c) Después de la Parusía: pasarán con estrépito estos cielos y esta tierra (cf. 2Pe 3,10.12); aparecerá un cielo nuevo y una tierra nueva (cf. 2Pe 3; Ap 21,1); reunirá a los suyos para el gran banquete final (cf. Lc 22,30).

¿Y se cumplen? Según se los mire, algunos dicen que ya se cumplieron casi todos; otros dicen que faltan algunos. ¿Y entonces? Entonces eso quiere decir que hay que estar preparados siempre… Como si fuera a venir hoy mismo. Por eso el Apocalipsis llama a Jesús no “el que viene”, sino concretamente “El Viniente”; está viniendo; ya empezó el viaje… Él mismo se comparó con un ladrón que viene en la hora menos esperada…

Ante esto, nuestra actitud ha de ser esperanza, deseo y preparación. Porque la Parusía es un misterio con dos caras: terrible y gozosísimo. Terrible para los que no estén preparados, los injustos, los pecadores, los obradores de iniquidad; gozosísimo para los que son de Cristo. Lo dice resumidamente la Didajé, el escrito cristiano más antiguo no-escriturístico: “Venga la gracia y pase este mundo… El que sea santo que se acerque. El que no lo sea, que haga penitencia. Maranhatá. Amén”[2]. Y de modo mucho más hermoso todavía, lo dice San Juan en el Apocalipsis: El Espíritu y la Novia dicen: “¡Ven!”. Y el que oiga, diga: “¡Ven!”. Y el que tenga sed, que se acerque, y el que quiera, reciba gratis agua de vida… Dice el que da testimonio de todo esto: “Sí, vengo pronto”. ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús! (Ap 22).

P. Miguel A. Fuentes, IVE

Bibliografía:

 Leonardo Castellani, El Apokalypsis de San Juan, Ed. Vórtice, Buenos Aires 1990.

 Leonardo Castellani, Los papeles de Benjamín Benavidez, Dictio, Buenos Aires.

Leonardo Castellani, Jesucristo, ¿vuelve o no vuelve?, Buenos Aires, Dictio 1976.

[1] San Policarpo, Ad Phil., 7,1  304.

[2] Didajé, 10,6.

Juicio Final

¿Existirá el día del Juicio Final?

Pregunta:

Tengo una pregunta: Que es el día del juicio y como va ser el día del juicio? Me podría explicar sobre el día del juicio.

Respuesta:

¿Existirá el día del Juicio Final?

Dios ha puesto en nosotros el deseo de vivir eternamente y por eso oímos hablar del Fin del mundo y lo vemos como el peor de todos los males del hombre. Nuestra naturaleza se rebela al pensar que el mundo tendrá un final, que nuestra vida misma tendrá un final, pues lo relacionamos con la separación de todo lo que amamos en esta tierra.

Sin embargo, sabemos por la fe, que la muerte no es el final de todo, sino el principio de una nueva vida, en la cual viviremos eternamente felices o eternamente desgraciados de acuerdo con lo que hayamos hecho en nuestra vida temporal.

El juicio particular 

Al morir tendremos un juicio particular. Nos encontraremos ese día ante Jesucristo y ante nuestra vida: todos nuestros actos, palabras, pensamientos y omisiones estarán al descubierto. Suena dramático pero es real. Si te encuentras en gracia, tu eternidad feliz empezará en ese momento. Si mueres en una actitud de rechazo total y voluntario a Dios, en pecado mortal, entonces empezará para ti el castigo eterno, el infierno.

El juicio final 

El juicio particular es diferente al Juicio final, que también existirá y que está descrito con exactitud por Jesucristo en Mt 23, 31-46. El Juicio Final se realizará al final de los tiempos, cuando venga Jesús por segunda vez a la Tierra, pero ahora de manera gloriosa, como Rey del mundo. Ese día, todos los hombres resucitaremos y seremos juzgados de acuerdo con nuestras obras. Hay muchos otros textos en la Biblia que nos hablan de esto: Dn 7, 10; Mt 3, 7-12;

Lo que sucederá ese día, de acuerdo con la narración de Jesucristo, será como un examen de aquello que nos caracteriza como personas humanas: nuestra capacidad de amar.

En ese día saldrán a la luz todas nuestras acciones y se verá el amor hacia los demás que pusimos en cada una de ellas.

Este amor será el que nos juzgará:

‘Venid benditos de mi Padre. porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber.’

‘Id malditos al fuego eterno. porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber.’

Pensar en el fin del mundo y en el juicio final es algo que a simple vista no nos gusta, pues… eso de que se vayan a descubrir nuestros secretos enfrente de toda la humanidad, como que más bien nos asusta. Sin embargo, si reflexionamos un poco, descubriremos que no es tan terrible como parece:

En primer lugar, hay que darnos cuenta de que, en el Juicio Final, no sólo se sabrá lo malo, sino que también todos nuestros méritos que sólo Dios y nosotros mismos conocemos, serán mostrados a todos.

En segundo lugar, debemos pensar en la cantidad e veces que nos hemos quejado con razón, de que hay muchas injusticias en el mundo: personas que se enriquecen a costa del trabajo de otros, personas que mienten para destruir la vida de otros, culpables que permanecen sin castigo alguno. ¿Cómo pueden existir estas situaciones si Dios es justo? Dios conoce estas injusticias, pero las permite porque respeta la libertad del hombre.

Pero, cuando se cumpla el tiempo, llegará el momento del Juicio y Dios nos dará a cada uno lo que justamente merecemos. Ese día se acabarán todas las injusticias.

El juicio final es la prueba de que Dios es infinitamente justo y ha dispuesto todo con sabiduría para que la verdad se conozca y se aplique la justicia en cada hombre con el destino eterno que él mismo se haya merecido.

¿Cuándo será el juicio final? 

El mismo Jesucristo nos aclaró que ni siquiera Él conoce el día ni la hora en que se llevará a cabo este acontecimiento, sino sólo Dios Padre. Así que no debemos dejarnos engañar por personas que pretenden conocer la fecha del fin del mundo. No debemos preocuparnos por intentar conocer esa fecha, sino sólo por estar siempre bien preparados, pues no sabemos en qué momento sucederá.

Para profundizar, puedes leer el Catecismo de la Iglesia Católica núm. 668 – 682, 1021-1023, 1038-1042, 2831

Carlos Espinosa

(Tomado de www.es.catholic.net)