Pregunta:
¿Cuáles son las religiones de Iran?
Respuesta:
Las principales corrientes y concepciones religiosas desarrolladas en I. son ampliamente tratadas en diversos artículos, a los que se remite. Por tanto, bastará dar aquí una breve visión de conjunto. Los primeros pasos de la religión irania están estrechamente emparentados con los de la India. En ambos casos se da un tronco indoeuropeo común (V. INDIA VI; VEDAS), pero paulatinamente la religión irania se fue apartando de la india, pues el panteísmo persa tenderá a colocar en lugar preeminente el mundo y la vida, mientras que el panteísmo indio tenderá a lo contrario. Se pueden rastrear en el grupo medopersa tres religiones: la del monarca, la del pueblo y la de los magos. De la primera nos ofrecen datos las inscripciones, y sabemos que colocaba a la cabeza del Universo a Ahura-Mazdáh. De la religión del pueblo tenemos noticia a través de Heródoto; adoraba cuatro elementos: la luz, el agua, la tierra y el viento; la luz se dividía en dos órdenes: luz de día (Sol) y luz de noche (Luna). El pueblo solía practicar el sacrificio de animales ante un mago que daba al acto un carácter oficial; los magos, según Heródoto, constituían una tribu que formaba parte de la confederación de los medos; de sus creencias casi no queda otro testimonio que los gatha o himnos presentes en el texto del Avesta. Durante la dinastía Arsácida adquiere importancia el culto de Mitra (v.). Artajerjes II lo hace figurar junto a Anahita en los monumentos; en el siglo I a. C. la religión de Mitra invadirá Europa después de las campañas orientales romanas. Esta religión se formó en Asia Menor (v.) y Mesopotamia (v.) y, por tanto, no es del todo persa, pero adquirió en I. una gran importancia. Los fieles de Mitra establecían santuarios cerca de donde brotaba una fuente; en el ábside del santuario se representaba a Mitra tauróctono (V. TOROS I). Mitra mataba a la bestia por una orden dada por el Sol y transmitida por el cuervo; del cuerpo del toro brotaban todos los vegetales. Al parecer existían siete grados de iniciación; para pasar de un grado al siguiente había que superar ciertas pruebas (v. INICIACIÓN, RITOS DE). Los grados se llamaban: cuervo, cryphius, miles, león, Perso, heliodromus y pater. Los iniciados creían que les estaba reservada una inmortalidad gloriosa; esto, unido al alto valor de su moral, contribuyó a que la difusión del culto de Mitra, especialmente en el mundo militar, fuese muy grande. El principal documento que explica la antigua religión persa en el Zend Avesta (v.) en el que se halla la revelación de Zoroastro (v.) (s. vii a. C.). Éste, partiendo de principios iranios tradicionales, constituye todo un sistema basado en la existencia en el mundo de dos poderes en guerra: el poder del dios de la luz y de la vida y el poder del mal, de la oscuridad y de la muerte (v. DUALISMO). A la cabeza del poder del bien está Mazda u Ormuz, y a la del poder del mal está Ahrimán; el primero creó el espíritu del hombre y el segundo su cuerpo. Todos los demás dioses no malignos están por debajo de Ormuz; tenemos entre ellos y Anahita y a Mitra. Dos herejías del zoroastrismo tuvieron gran importancia en l.: la de Mani o Manes, fundador del maniqueísmo (v.), y la de Mazdek, de gran repercusión políticosocial (V. MAZDENMO). Con los Sasánidas se va introduciendo en I. el cristianismo (v. vIII) y el budismo (v.), aun cuando siempre conservó gran importancia y difusión la doctrina de Zoroastro (V. PARSISMO). Posteriormente se verificará la definitiva irrupción de la religión mahometana (v. vi; ISLAMISMO; SI` A). V.t.: IX; ZOROASTRO Y ZOROASTRISMO; PARSISMO; MAZDEÍSMO; MANIQUEÍSMO; DUALISMO; GNOSTICISMO 11.
Por E. Ripoll Perelló F. Martí Jusmet
Tomado de la gran Enciclopedia Rialp
BIBL.: C. CLEMEN, Fontes hístoriae religionis persicae, Bonn 1920; E. BLOCHET, Études sur I’histoire religieuse de l’Iran, 189899; 1. DUCHESNE-GuILLEMIN, La Religion de l’Iran anclen, París 1962; íD, La religión irania, en VARIOS, Las religiones del Antiguo Oriente, Andorra 1958, 107-151 (con bibl.); A. GHIRELLI, Pueblos árabes y arabizados, II, Madrid 1957; F. KóNIG, La religión de Zarathustra, y H. CH. PUECH, La religión de Mani, en Cristo y las religiones de la Tierra (dir. F. KSNIG), II, Madrid 1960, 567616 y 469-526.