patriotismo

¿Qué es el patriotismo?

Pregunta:

Querido hermano en Cristo y María Santísima: Somos un grupo que nos consideramos fervientes defensores de nuestras tradiciones patrias. De aquí nos surge una cuestión: ¿está bien que algunos autores elogien a países que históricamente se han comportado como enemigos de nuestra Patria? ¿Va esto contra el patriotismo? Que Dios, la Santísima Virgen y su Divino Hijo lo bendigan.

 

Respuesta:

Estimados amigos:

Un buen patriota es alguien que tiene la virtud del ‘patriotismo’.

El patriotismo es el deber general que impone aquella parte de la justicia que se denomina ‘justicia legal’, y consiste en ‘el amor y la piedad hacia la patria en cuanto tierra de nuestros mayores o antepasados’. Se manifiesta principalmente de cuatro modos (cf. Royo Marín, Teología Moral para Seglares, tomo 1, nnº 861-863):

1)Amor de predilección para con el lugar donde se ha nacido por sobre las demás naciones; conciliable, sin embargo, con el respeto a todas ellas y la caridad universal.

2)Respeto y honor para con su historia, tradición, instituciones, idioma, símbolos.

3)Servicio: que consiste principalmente en el fiel cumplimiento de sus leyes legítimas, sobre todo, las relativas a tributos e impuestos, condición para el crecimiento y engrandecimiento; en el desempeño desinteresado y leal de los cargos públicos que exige el bien común; en el servicio militar, etc.

4)Defensa contra sus perseguidores y enemigos interiores o exteriores.

Al verdadero patriotismo se oponen dos vicios:

1) Por exceso, el nacionalismo exagerado, llamado a veces ‘chauvinismo’, que ensalza desordenadamente a la propia patria como si fuera el bien supremo y desprecia a los demás países injustamente e incluso con injurias de hecho. Algunas de sus manifestaciones son la xenofobia, la discriminación racial, la idolatrización de símbolos o elementos patrios.

2) Por defecto, el internacionalismo apatrida, es decir el de los hombres sin patria que desconocen la suya con el falso argumento de ser ciudadanos del mundo.

Por este motivo, muchas personas, siendo grandes patriotas, no han tenido reparo en elogiar a otros países en aquello que esos países tienen de elogiable y que muchas veces no es poco (basta pensar en sus santos, sus grandes pensadores, los grandes monumentos de fe, etc.). Todo país, tiene, en cambio, otras cosas que no pueden ser elogiables: los defectos propios, sus desaciertos políticos e históricos, etc. En esto, todo país es, incluido el nuestro, sujeto de elogios y vituperios; según se trate de los actos buenos o de los actos malos de sus hijos. Negarlo no es racional y por ende tampoco es virtuoso; dice Santo Tomás que es vicioso todo lo que va contra la razón.

En Cristo y María Santísima.

P. Miguel A. Fuentes, IVE

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