Pregunta:
Que sucede cuando un católico deja la iglesia y se va a un grupo separado. Cuales son las causas, siendo que mostraba un amor por la iglesia y de pronto la deja, inmadurez y o falta de compromiso? Gracias por su reflexion.
Respuesta:
Respecto a su consulta, puedo decirle:
1. Hay tres formas de apartarse de la fe católica: herejía, apostasía y cisma. “La incredulidad es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de prestarle asentimiento. ‘Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma;apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos’ (cf. CIC, can. 751)” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2089).
2. Un caso de apostasía es el de las personas que siendo católicas, se pasan a alguna secta (por ejemplo, Testigos de Jehová, Mormones) o a grupos evangélicos o a alguno de los llamados “nuevos movimientos religiosos” (como los pertenecientes a la New Age).
En efecto, “la palabra apostasía significa, en general, apartamiento o abandono. De suyo puede referirse a cualquier otra cosa, pero desde el punto de vista eclesiástico se restringe su sentido al apartamiento o abandono de Dios” (A. R. Marín, Teología Moral para Seglares, t. I, B.A.C. Madrid 1996, p. 295).
3. La apostasía de la fe es el abandono total de la fe cristiana recibida en el Bautismo. Cuando se trata de apostasía formal manifestada externamente, es pecado gravísimo y sancionado por la Iglesia con pena de excomunión (cf. Código de Derecho Canónico, canon 1364 § 1).
Algunos, sólo se acercan a las sectas y grupos por la curiosidad; pero también pueden llegar a un verdadero acto de apostasía, es decir, de abandono formal de la fe católica.
4. ¿Cuáles son las causas de abandono de la fe católica? Luis de Moya establece las causas siguientes (cf. www.unav.es):
a) La búsqueda religiosa: el hombre tiene “necesidad” de lo religioso, de Dios, que le es connatural. Cuando las religiones tradicionales no satisfacen, con causa razonable o sin ella, las sectas, el placer, el poder, etc., suplen la ausencia de Dios.
b) El secularismo o el laicismo: -clima dominante-, por reacción, provoca la huida hacia el “aire libre”, que, para algunos, es la secta.
c) Las deficiencias en las respuestas pastorales de las iglesias tradicionales: Los documentos del Magisterio de la Iglesia invitan a ver en las sectas retos o incitaciones que deben lanzarnos a nuestra verdadera conversión individual y a la renovación pastoral: la caída en la masificación, en la rutina, en la burocratización, en el apagamiento del dinamismo apostólico, en la obsesión por lo material, en la opción preferencial centrada más en los pobres de recursos económicos que en los pecadores, como si Jesucristo no se hubiera encarnado y muerto en cruz para que tengan vida (sobrenatural) y la tengan abundante (Jn 10, 10).
d) Las carencias familiares y sociales: el activismo moderno, la fascinación de los medios de comunicación social, etc.: la persona se aísla, pero el individuo necesita “saberse querido”. Es una necesidad psicológica y también teologal. Eso son las sectas para todos o casi todos sus adeptos, al menos en sus inicios.
e) El afán de novedad y la fascinación de lo novedoso, de la moda: los cristianos hemos desprestigiado el viejo cristianismo. En cambio, las sectas son la novedad, que el historicismo pone más de actualidad, y, además, carecen de antecedentes negativos.
f) Otras causas: hoy estamos en la época del irracionalismo, del afán por sentir algo, también en lo religioso, actitud no muy compatible con la fe, con la cruz. Y las sectas satisfacen esa “necesidad”, como las sectas satánicas y luciféricas, especialmente para personas hartas ya de lo sexual, del alcohol, de las drogas, y ansiosas de experiencias fuertes. La mayoría de las sectas vienen desde EE.UU., o a través de EE.UU. (las originarias del Oriente). A veces, son un medio de mantener el imperialismo de algunos grupos ideológicos, económicos, etc., sobre todo en Iberoamérica.
P. Héctor Guerra, IVE