Pregunta:
La verdad del sabado es de origen divino, y nunca cambiara, la biblia dice que no hay hombre que puda cambiarla.con respecto a la pascua que era importante, eran una seria de fiestas que eran simbolo de la muerte de jesus en la cruz, asi como los sacrificios tubieron su fin cuando el velo del templo de rasgo. a si la pascua termina, el cuarto mandamiento es y siempre sera simbolo de obediencia y adoracion a Dios.con respecto al domingo, la biblia no hace mencion de el, no aparece como apartado para la adoracion en el catecismo catolico dice que el para con la autoridad de la iglesia combio la adoracion del sabado al domingo.la pregunta es. ¿tiene un hombre el poder de cambiar la ley divina?la respuesta es censilla solo Dios tiene ese poder, porque son leyes hechas por Dios. no solo para su adoracion, sino para nuestro bien.
Respuesta:
Estimado amigo:
I. La palabra “domingo” viene del latín “dominicus”, “dominica dies” (“día dominical”, “señorial”, “del Señor”). Este nombre, en griego “kyriake hemera” (cf. Ap 1,10), designa aquél día que, en los evangelios y en el Nuevo Testamento, era llamado “el primer día después del sábado”, es decir, el día en el cual Cristo Jesús resucitó.
En los primeros siglos se usaron otros nombres: “día del sol”, siguiendo la terminología romana como lo hace, por ejemplo, San Justino en aquella apología que describe las celebraciones cristianas (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1345), de igual modo San Jerónimo (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1166). También se usó “día octavo”, para señalar que, pasado los siete días de la semana, nuevamente el domingo es el primer día pero proyectado en el futuro; el domingo tiene también un sentido escatológico (cf. Juan Pablo II, Dies Domini, n. 26).
II. ¿Por qué el Domingo es el día festivo por excelencia y ya no el día sábado del Antiguo Testamento?
Por varios motivos (que aquí resumo y se pueden leer en la Carta apostólica del Papa Juan Pablo II, Dies Domini – Sobre la santificación del Domingo – nn. 19-30) el Domingo es para el mundo católico, el día por excelencia:
- La resurrección de Jesús fue “el primer día de la semana” = Domingo. Cf. Mt 28,1; Mc 16,2.9; Lc 24,1; Jn 20,1.
- Jesús, resucitando el Domingo, dio plenitud y cumplimiento al descanso sabático, como él mismo lo había afirmado: No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento (Mt 5,17). Así, el Domingo:
- Es el Día de la nueva creación y de la salvación ofrecida por el bautismo.
- Es figura de la Eternidad, “el Octavo Día”, “El Día de los días”, el Día del descanso eterno.
- Es el Día del nuevo Sol que nace de lo alto para iluminar a los pueblos (cf. Lc 1,78-79).
- Es el Día del don del Espíritu Santo (Cf. Hch 2).
- Como subraya San Gregorio Magno: “Nosotros consideramos como verdadero sábado la persona de nuestro Redentor, Nuestro Señor Jesucristo”. E Ignacio de Antioquía dice: “Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por El y por su muerte”.
- Así fue recibido, vivido y transmitido por la tradición apostólica (cf. Hch 20,7-12; 1 Co 16,2; Ap 1,10).
- Y desde la base apostólica, así lo ha vivido la Iglesia a lo largo de los siglos (una hermosa síntesis histórica se puede leer en la Carta ya citada de Juan Pablo II, en los nn. 20-23).
En síntesis: “Celebramos el domingo por la venerable resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, no sólo en Pascua, sino cada semana” (Papa Inocencio I, s. V).
III. Tiene Ud. razón cuando dice que sólo Dios tiene poder para cambiar sus propias leyes. Por ésta misma razón Cristo no hizo una simple sustitución del sábado por el domingo, pero era consciente que el nuevo día daba plenitud al sábado. Además, ¿no es CristoSeñor del sábado? (Mc 2,24-28).
IV. La Iglesia no ha hecho otra cosa que confirmar la tradición apostólica que hunde su raíz en el mismo Jesús que voluntariamente resucitó el Domingo y no el sábado:
“La Iglesia, por una tradición apostólica, que trae su origen del mismo día de la Resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que es llamado con razón » día del Señor » o domingo. En este día los fieles deben reunirse a fin de que, escuchando la palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recuerden la Pasión, la Resurrección y la gloria del Señor Jesús y den gracias a Dios, que los » hizo renacer a la viva esperanza por la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos » ( I Pe., 1,3 ). Por esto el domingo es la fiesta primordial, que debe presentarse e inculcarse a la piedad de los fieles, de modo que sea también día de alegría y de liberación del trabajo. No se le antepongan otras solemnidades, a no ser que sean de veras de suma importancia, puesto que el domingo es el fundamento y el núcleo de todo el año litúrgico” (Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, n. 106).
La verdad del Domingo también es de origen divino dando plenitud a la verdad del sábado.
Finalmente, puede Ud. también leer en el Catecismo de la Iglesia Católica:
– nn. 2168-2167: Sobre el significado del sábado y del Domingo;
– nn. 1166-1167: Sobre el Domingo, Día del Señor.
Espero que la respuesta le sea útil, me despido de Ud. rogando al Señor aumente nuestra fe.
En Cristo y María.
P. José Guerra, IVE
En la biblia encontramos que dise que se reunian el primer dia de la semana ) (despues de aber descansado el sabado) pora que se diga primer dia,,, porque si nosotros desimos nos reuniremos el primer dia de la semana (lunes despues de descansar el domingo) no soy de aya si no de aqui catolico
Estimado Julio César: El «primer día» era el nombre que recibía entre los judíos a lo que nosotros llamamos «Domingo». Pasó a tener este nombre por ser el «dies Dominicus», el día del Señor. Y sigue siendo el primer día. El lunes es el primer día laborable, pero no es el primer día de la semana, que es, en realidad, el Domingo. Por eso, en algunas lenguas todavía se sigue diciendo al lunes: «segundo día», por ejemplo en latín: «feria secunda» y en portugués, «feria segunda».
Con mi bendición, P.MF